MADRID TEMIENDO LA ENCRUCIJADA
Se ha pasado al año nuevo entre promesas perdidas, los hospitales al pleno ven sus camas restringidas. A tope dicen que siguen entre promesas sin clave, no se yo lo que persiguen las que son autoridades. Que no nos cuenten más cuentos, y que practiquen remedios, que perdemos los alientos en los más queridos medios. La sanidad tiritando y mucho más los enfermos, que siguen a dios rogando si están los virus despiertos. Las mentiras no nos valen, ni los temidos inventos, cada cual mira las claves de los caminos inciertos. Madrid en la encrucijada, con los mismos alimentos, los precios en escalada que consiguen sufrimientos, Dejar de contarnos cuentos, que las cuentas no nos cuadran, habrá penosos inventos que nunca darán la talla. Vamos andando con penas en las noches solitarias, la guerra arrastra condenas llamadas extraordinarias. Ucrania sufre desmanes que parecen ser castigos, esas malditas metrallas siempre dejan enemigos. Nos conformamos con nada, somos como los chiquillos, que lloramos en la almohada mientras nos cantan los grillos. Madrid que siente los sustos sin esperar que termine, mientras notamos disgustos que al humano le elimine. Miramos los hospitales y los centros con urgencias, viendo los casos fatales que no los cura la ciencia. Estos políticos malos que no buscan soluciones quisieran darnos de palos encima de los riñones. Se piensan que son divinos criticando las verdades, más no son los adivinos que maldicen falsedades. Escucharles me da pena, pienso que viven de espaldas, hablan de cierta condena y jamás hablan de tallas. El presente se presenta sin iniciar soluciones, la madurez hoy se ausenta y nos da complicaciones. Hospitales al completo sin entender las razones, quieren al enfermo quieto que no suelte exclamaciones. G X Cantalapiedra.
Se ha pasado al año nuevo entre promesas perdidas, los hospitales al pleno ven sus camas restringidas. A tope dicen que siguen entre promesas sin clave, no se yo lo que persiguen las que son autoridades. Que no nos cuenten más cuentos, y que practiquen remedios, que perdemos los alientos en los más queridos medios. La sanidad tiritando y mucho más los enfermos, que siguen a dios rogando si están los virus despiertos. Las mentiras no nos valen, ni los temidos inventos, cada cual mira las claves de los caminos inciertos. Madrid en la encrucijada, con los mismos alimentos, los precios en escalada que consiguen sufrimientos, Dejar de contarnos cuentos, que las cuentas no nos cuadran, habrá penosos inventos que nunca darán la talla. Vamos andando con penas en las noches solitarias, la guerra arrastra condenas llamadas extraordinarias. Ucrania sufre desmanes que parecen ser castigos, esas malditas metrallas siempre dejan enemigos. Nos conformamos con nada, somos como los chiquillos, que lloramos en la almohada mientras nos cantan los grillos. Madrid que siente los sustos sin esperar que termine, mientras notamos disgustos que al humano le elimine. Miramos los hospitales y los centros con urgencias, viendo los casos fatales que no los cura la ciencia. Estos políticos malos que no buscan soluciones quisieran darnos de palos encima de los riñones. Se piensan que son divinos criticando las verdades, más no son los adivinos que maldicen falsedades. Escucharles me da pena, pienso que viven de espaldas, hablan de cierta condena y jamás hablan de tallas. El presente se presenta sin iniciar soluciones, la madurez hoy se ausenta y nos da complicaciones. Hospitales al completo sin entender las razones, quieren al enfermo quieto que no suelte exclamaciones. G X Cantalapiedra.