EL SOL SE IBA ESCONDIENDO...

EL SOL SE IBA ESCONDIENDO
Eran las nueve de la tarde de todos los días, de aquel verano caliente, y un matrimonio de personas mayores, salían a diario a gastar sus energías con la metida del sol, Sus cuerpos desgastados por los años, buscaban esas horas cuando el sol se esconde, y la noche traicionera se te viene encima. Las calles de tan gran ciudad se iban quedando sin coches circulando, los autobuses se quedaban un poco más distantes que las otras horas del día, y las personas se las notaba como con grandes prisas, para regresar a sus hogares. De vez en cuando el ladrido de algún perro hacia romper el silencio, que otras veces era roto por alguna moto, que pudiera llevar el escape libre. El matrimonio comentaba a diario su juventud, sus ilusiones de vivir la vida sin grandes problemas, los casos de mayor gravedad de toda la familia, era un recordar aquella ciudad, donde vinieron inmigrantes de todas partes, con sus casas regionales, y sus viejas costumbres y tradiciones, ellos mismos fueron parte de aquella inmigración forzosa, donde la mejor salida era una gran ciudad para poder abrirse camino. Cuando el sol perdía fuerza, algunas tardes refrescaba, y soñaban con poder notar el viento de la sierra no muy lejano de la gran ciudad, la nostalgia del pasado, sus paseos por plazas y calles, soñando una vida mejor y más cómoda, lo habían casi logrado, aunque a veces la salud con los años te va dejando problemas, que te dejan un poco arrinconado. Más el presente les hacía sentir un poco más reflexivos, hablaban de esas ciudades de la maldita guerra de Ucrania, donde la televisión mostraba sus crímenes y barbaridades, Putin seguía queriendo ser el dictador Hitler, queriendo ser el dueño del mundo, y este matrimonio comentaba, este ruso ambicioso, se marchara como todos seres humanos se van de esta vida, con las manos vacías, y su conciencia se quemara por sus malos actos, en las finales horas de su vida, sin encontrar consuelo de sus crímenes de guerra. El matrimonio no dejo de salir a pasear en las horas finales del día, para disfrutar de su vejez a su manera. G X Cantalapiedra.