AYER ME ENCONTRE EN LA CALLE. ...

AYER ME ENCONTRE EN LA CALLE.
Ayer por la mañana me encontré con la viuda de mi amigo Honorio, fallecido hace un año, estaba la mujer todavía dando vueltas a su final, era doloroso y triste, su marido mi amigo desde hace 50 años, estuvo luchando contra dos canceres, durante bastantes años, y supo llevarlo muy bien, un día de esos de primavera, estábamos paseando en La Huerta de La Salud, Hortaleza, y me saco a colección mi amigo, que la vida era como una vela, que se iba consumiendo, y que por muchos médicos que tuvieras alrededor, la vela se terminaba sin poderla alargar. Ayer las mismas palabras sonaron cerca de donde mi amigo y yo paseábamos, su viuda me dijo exactamente lo mismo, estamos aquí de paso, y no vale el querer gastarte el dinero en especialistas cuando la vela se está terminando, Puedes sentir el chisporroteo de dicha vela, puedes querer apartarte del viento que sopla su llama, todo es posible, pero su final nadie lo puede saber a ciencia cierta. Ayer me sonaban esas palabras pronunciadas hace años, de vez en cuando las oigo pronunciar, sin darme cuenta de su verdad tan grande, Somos humanos que siempre debiéramos estar preparados para seguir el viaje sin retorno, y que no nos cogiera desprevenidos, Es mejor que la vida nunca sepa cuando esa vela se terminara apagando al estar toda ella consumida, si no creo que sería aún mucho más duro el decir adiós a la vida, aunque los dolores te ataquen a fondo, y tu final sea un tiempo de dolores que te dejen poco tiempo para disfrutar de este valle de lágrimas. El recordar ciertos momentos que pasaste bien con algún ser humano amigo o no, te anima a seguir adelante, y pensando en mi amigo Honorio, creo que fue un hombre con mucho aguante, siempre tenía aliciente para caminar, incluso después de tener la enfermedad maldita encima con su sufrido tratamiento. Hay seres humanos que no se rinden ante ninguna adversidad, y siguen con su aspecto amable de convivir sin apenas comentar sus dolores. Son de los que La Madre Naturaleza, les da esa fortaleza que algunos seres humanos quizá nos falta. G X Cantalapiedra.