CON EL AMOR DIVIDIDO
Aquella mujer con 66, años, y en buen estado de salud, estando casada cerca de 40, años, sin darse cuenta se notó estar enamorada de un compañero del centro de mayores, donde la señora estaba diariamente pasando buenos ratos, en juegos de cartas y domino, la señora día a día se iba dando cuenta de que aquel hombre viudo la caía muy bien, tomaba algún café con él, y se contaban sus penas sin escucharles nadie, el marido algo mayor apenas salía de casa, solo en verano se dirigían al pueblo de donde era él y toda su familia, el resto del año su esposa salía sin ningún control, tan solo la decía algunas noches, ten cuidado que las calles de Madrid son peligrosas. Así pasaron mucho tiempo, él hombre viudo no quería decirle aquella mujer lo que sentía por ella, más una noche que llovía al salir del centro de mayores, la indico si quería que la acompañara con su paraguas para que no se mojara, la mujer se puso un poco roja, pero acepto su compañía, y caminaron mirándose a los ojos todo el camino, El hombre viudo se declaró diciendo, hace mucho tiempo que deseaba tenerte en mis brazos, eres mi futuro, aunque no sé cómo terminaras con tu marido, la mujer se quedó sin palabras, tan solo logró decir, el tiempo nos pondrá a cada cual en su sitio, se la escaparon dos lagrimas de sus ojos, y el hombre viudo, la volvió a decir lo muy feliz que se sentía cuando estaba con ella. La mujer supo por primera vez lo que la vida la estaba dando, era una encrucijada, a la que no quería tener dentro de su vida, al fin y al cabo, su marido siempre fue muy humano y cariñoso con ella, más aquella noche su corazón le notaba perdido, no sabía donde dirigirse, era tan solo un experiencia nueva. G X Cantalapiedra.
Aquella mujer con 66, años, y en buen estado de salud, estando casada cerca de 40, años, sin darse cuenta se notó estar enamorada de un compañero del centro de mayores, donde la señora estaba diariamente pasando buenos ratos, en juegos de cartas y domino, la señora día a día se iba dando cuenta de que aquel hombre viudo la caía muy bien, tomaba algún café con él, y se contaban sus penas sin escucharles nadie, el marido algo mayor apenas salía de casa, solo en verano se dirigían al pueblo de donde era él y toda su familia, el resto del año su esposa salía sin ningún control, tan solo la decía algunas noches, ten cuidado que las calles de Madrid son peligrosas. Así pasaron mucho tiempo, él hombre viudo no quería decirle aquella mujer lo que sentía por ella, más una noche que llovía al salir del centro de mayores, la indico si quería que la acompañara con su paraguas para que no se mojara, la mujer se puso un poco roja, pero acepto su compañía, y caminaron mirándose a los ojos todo el camino, El hombre viudo se declaró diciendo, hace mucho tiempo que deseaba tenerte en mis brazos, eres mi futuro, aunque no sé cómo terminaras con tu marido, la mujer se quedó sin palabras, tan solo logró decir, el tiempo nos pondrá a cada cual en su sitio, se la escaparon dos lagrimas de sus ojos, y el hombre viudo, la volvió a decir lo muy feliz que se sentía cuando estaba con ella. La mujer supo por primera vez lo que la vida la estaba dando, era una encrucijada, a la que no quería tener dentro de su vida, al fin y al cabo, su marido siempre fue muy humano y cariñoso con ella, más aquella noche su corazón le notaba perdido, no sabía donde dirigirse, era tan solo un experiencia nueva. G X Cantalapiedra.