Un día dije que la calle sería toda un rugir de gentes que vivían mas o menos despreocupadas, de asuntos, que se sucedían día a día: personas cercanas, me dicen ahora que parezco un adivino. No lo soy pero eso se veía venir. Decía yo que se seguían repartiendo migajas, y que con ellas nos conformábamos, mientras que crecían los barrigudos Donde nos ha conducido tal pasividad (señalo que siempre se mencionaba a la clase política, como si solo en esta hubiera corruptos.) En ello estamos y de poco sirven ahora los lamentos. Precisamente, el no denunciar va tiempo, en no cortar a tiempo los desmanes, hemos llegado conde estamos. a que los políticos, son unos "mandaos" que obedecen a un dueño, (todos sabemos quien es) y que el descontento es tal, que a los que nos hemos ocupado un poco de nuestra historia, vemos con tristeza como esta, la historia se repite. "La calle es mía" dijo alguien. Pues bien, en las calle, vemos que hoy se suceden hechos, que son la justa queja a los muchos desmanes.
Y lo triste de esto es que dentro de este justo griterío, aún hay gentes, que lo consideran anormal.! Pues no señor! Es triste muy triste, esas carreras por las calles, y que algunos no reconozcan que cuando los vientres gritan es que están al limite de su paciencia. El llamado asalto al Cogreso, a los demócratas que sufrimos por tener uno elegido, nos produce pena presenciar cuanto sucede. Pero pienso que se está poniendo gasolina en una hoguera difícil de parar: hoguera, que se encendía por parte, de quines se han repartido grandes sumas, o se las han llevado con todo descaro, sin que los poderes públicos movieran un dedo. ¿A quien le extraña lo que está sucediendo? A mi no. Y me duele tanto, que se diga: Tomaremos el congreso" como que alguien compare esto con el golpe de tejero.
Si señalar que los hechos de las cargas policiales, estan muy lejos de una democracia que se precie. hay escenas muy cridas, muy propias de otros tiempos. detalles que no escapan, tales como parar los autobuses, registros que recuerdan a malos tiempos, Las cargas, sin miramiento alguno, y sobre todo la persegución, hasta Atocha que ya queda lejos de el Congreso. ¿Alguien es culpable, de todo esto como lo es de que se levantaran durante mucho tiempo los polvos para estos lodos.
Y podría seguir hablando de lo que no me ha gustado estos últimos años, y de lo que en este momento me gusta menos.
saludos.
Y lo triste de esto es que dentro de este justo griterío, aún hay gentes, que lo consideran anormal.! Pues no señor! Es triste muy triste, esas carreras por las calles, y que algunos no reconozcan que cuando los vientres gritan es que están al limite de su paciencia. El llamado asalto al Cogreso, a los demócratas que sufrimos por tener uno elegido, nos produce pena presenciar cuanto sucede. Pero pienso que se está poniendo gasolina en una hoguera difícil de parar: hoguera, que se encendía por parte, de quines se han repartido grandes sumas, o se las han llevado con todo descaro, sin que los poderes públicos movieran un dedo. ¿A quien le extraña lo que está sucediendo? A mi no. Y me duele tanto, que se diga: Tomaremos el congreso" como que alguien compare esto con el golpe de tejero.
Si señalar que los hechos de las cargas policiales, estan muy lejos de una democracia que se precie. hay escenas muy cridas, muy propias de otros tiempos. detalles que no escapan, tales como parar los autobuses, registros que recuerdan a malos tiempos, Las cargas, sin miramiento alguno, y sobre todo la persegución, hasta Atocha que ya queda lejos de el Congreso. ¿Alguien es culpable, de todo esto como lo es de que se levantaran durante mucho tiempo los polvos para estos lodos.
Y podría seguir hablando de lo que no me ha gustado estos últimos años, y de lo que en este momento me gusta menos.
saludos.