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TEXTO 8/76
PAISAJES INTERIORES (IV)

APRENDÍ LO QUE ES VIVIR
Por Ninfa Estela Duarte Torres

APRENDÍ LO QUE ES VIVIR…
¿Cómo aprendí?
Abriendo los ojos por las noches,
cuando el insomnio me visitaba,
aprendí que, al mirar las estrellas,
podía alumbrar mis sueños con ellas…
y soñé sueños de eternidad,
amando simplemente
con el alma
saliéndome por los poros.

En las tardes estivales,
siempre que miraba el viento veía sus colores,
verdes sobre los montes,
celestes sobre el mar,
allá donde se junta con la tierra;
y, cuando callaba, sentía el sabor del silencio,
salado, pertinaz…
cerrando mi boca de besos,
de palabras,
de sentires.

A solas aprendí
a encender ilusiones en mi alma,
y así escuché hablar a otros corazones,
dialogando con el mío
con palabras calladas,
con matices de mil sensaciones,
agradables,
anónimas,
pero bellas,
y saboreando sus besos.

Una noche cualquiera,
el dolor tomó mi mano,
conocí de frente a la tristeza;
muerte, llanto
y orfandad;
me miró a los ojos,
yo sostuve su mirada
y ella se marchó,
al sentir en mi aliento
el amor y su grandeza.

La soledad,
a la que con tanto miedo rechazaba,
una noche de un día,
tomó asiento a mi lado…
y me mostró la paz y la armonía
de los momentos que con ella compartía,
mudos,
sordos,
ciegos…

Así entendí el sentido de la vida,
viviendo el amor y la desdicha,
sintiendo la alegría y la tristeza,
amando y esperando,
soñando y suspirando,
conociendo lo breve de la vida.

Aprendí el valor de la paciencia,
el color de la constancia
y la belleza de la tolerancia;
el temblor de la espera,
el hambre de tus besos,
la sed de tus palabras…

Así pude
calmar los vientos de mi ira,
y llenar con mares de esperanza
las zonas más oscuras de mi vida.
Es así como aprendí a vivir…
aun sin tenerte.

ESCRÍBEME UN RETRATO…
Escribe un retrato de mi yo
con pinceladas de azul intenso
que salga de tu corazón,
sin toques de vivos colores,
sólo los necesarios:
matices rebeldes,
tonos ariscos,
esfumados contornos…
mi alma tiene sus propios encantos
que, aunque transparentes,
se vuelven suaves;
un día oleajes y otro día poesía;
por eso,
sus aristas y sus tonos son cambiantes
como un paisaje en tornasol…

Quiero un retrato de mi yo
real, severo, mutante,
caprichosa,
malcriada,
insoportable,
de ese yo que nadie conoce como tú.

No hagas bosquejos en blanco y negro,
porque la blancura es para las debutantes
que visten tules y coronas
por el orgullo eterno de ser castas;
yo tengo años encima,
y de castidades viejas ya pasó un siglo,
aunque…
guardo madreselvas
como para engalanar mil balcones.

Hazme un retrato de palabras osadas
con excelsas metáforas
e imágenes de ninfas desnudas,
certero abecedario
para que vibren en mi piel
tus emociones,
en besos de dulzura eterna,
y en mi cuerpo de ondina
meciéndose suave
un antiguo arrebol
por deseos postergados
de sentirte en mi piel.

Píntame un poema en tu voz
con tu fiel decir,
de amante ardoroso
tórridas maneras
que pasean por tus poros
y le contagian calores
a mis sentires presentes…

Dibújame una poesía existencial
con rostro de diosa pagana,
maneras descaradas,
sangre de fuego,
volcán en erupción;
con sus latires apurados
una sonrisa de entrega,
y este corazón
palpitando en tu fuego…

Hazme un retrato que salga de tu corazón…

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