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TEXTO 9/76
PERSONAJES en su HISTORIA
AMPARO MUÑOZ QUESADA
Por José Antonio Molero

LA PALABRA BELLEZA va más allá cuando reúne en sí misma unos vestigios de distinción que complementan un círculo de divinidad casi irreal. La vida quiso darle a Amparo Muñoz una belleza espectacular, llevarla al éxito profesional, dotarla de un corazón inmenso... Esta malagueña no tuvo que convencer al Universo de su hermosura; fue el propio Universo el que quedó prendado y cautivado por tanta perfección intelectual y humana, humana e intelectual, ambas unidas y desveladas en una sola criatura. Le ofreció todo lo bueno, pero también todo lo malo. La vida de esta perfección humana desde su inicio al final de su paseo por el estrellato no fue precisamente un camino de rosas, como cabría suponer. Cierto es que tocó el cielo de la fama, pero no menos cierto es también que cayó al infierno de las drogas y el infortunio. La vida de Amparo Muñoz tampoco fue fácil en su trayectoria sentimental: no sólo los problemas con las drogas y con la Justicia lastraron la felicidad de esta mujer casi divina, sino también sus fracasados amoríos. Varios hombres tuvo a su lado; sin embargo, ninguna relación terminó bien. El espíritu luchador de que estuvo dotada le hizo levantarse, reconstruirse en muchas ocasiones; al final, la fatalidad pudo con ella. Quien lo tuvo todo careció, desgraciadamente, de buena gente a su lado; las malas compañías le hicieron mucho daño sin que ella se diese cuenta. A lo largo de su paseo por el mundo del glamur y la fama, un mundo que tanto empeño puso en promesas, la actriz y única Miss Universo española de la historia tuvo una trayectoria jalonada de contrastes vitales, una vida de triunfos y fracasos, de alegrías y amarguras, de amores y desengaños… que la condujeron, primero, a la ruina personal y, por fin, a una muerte irremediable. Las líneas que siguen son un sencillo pero muy sincero homenaje de nuestra parte a quien tuvo de todo, menos suerte.

INFANCIA Y JUVENTUD
Amparo Muñoz Quesada nace en Vélez-Málaga, municipio medular de la comarca la Axarquía, el 21 de junio de 1954, en el seno de una familia humilde. La mayor de seis hermanos, Amparito estaba dotada de una inteligencia que se hizo evidente desde sus primeros años; sin embargo, los precarios medios económicos familiares no le permitieron estudiar más que lo que entonces se llamaba Bachillerato Elemental.

Los recursos se hacían escasos para una prole tan numerosa, así que Amparo se crió con sus padrinos, que no tenían hijos. Acabados los estudios, y siendo aún muy joven, entra a trabajar como dependienta en los hoy desaparecidos Almacenes Mérida, de donde pasa a una boutique, que le brinda la oportunidad de pasar modelos en diversos centros comerciales de Andalucía.

Por esta época, Amparito era una chica muy extrovertida, cordial y generosa con sus amigos y conocidos, amante de los animales, de un gran sentido del humor y con la mirada fija en un horizonte más amplio.

Llevada de su afán de superación, realiza unos cursos de taquigrafía y mecanografía y, por recomendación del padre que era socio, es empleada como secretaria en una empresa de publicidad, labor a la que parecía destinada, hasta que, de una forma inesperada, da el salto a los certámenes de belleza.
En honor a la verdad, cabe decir que la joven Amparo llamaba la atención por su atractivo físico, su jovialidad y su alegría hasta el punto de que sus amigas no cesaban de animarla insistentemente a que se presentara a concursos de belleza, que por entonces se organizaban con bastante más frecuencia que en la actualidad; sin embargo, ella se negaba siempre a participar en esos eventos, alegando que había muchas chicas con las que competir y que no estaba dispuesta a presentarse entre tantas bellezas. Evidentemente, su juventud y su belleza iban paralelas a su humildad y falta de arrogancia.

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