La Inspección fiscal alertó oficialmente de que el contacto de Begoña Gómez, Aldama, era un defraudador ya en 2015:
El Gobierno otorgó a la empresa avalada por Begoña Gómez el único sobresaliente entre 18 aspirantes;
Begoña Gómez redactó una segunda carta de apoyo para que Carlos Barrabés se llevara otra adjudicación pública:
El contacto de Begoña Gómez tuvo dos privilegios: negociar el precio de las mascarillas y determinar su comisión: