... y no a la guerra...

... y no a la guerra

Aunque bien pudiera ser una de esas "historias interminables.

<<< Después de un largo paseo, a lo largo de la playa, desemboco en una pasarela de madera, entre matorrales y pequeños montículos de arena: Alcanzo un paseo bien cuidado, con algunas plantas y palmeras. El viento mueve sus ramas. El sordo rumor del mar lega hasta el paseo, donde, aquí y allá pasen personas mayores. Me acomodo en uno de los bancos, de los muchos a lo largo del paseo, y me presto a leer, el último libro que se me ha regalado."LA VOZ DORMIDA".
Una pareja de ancianos, se sienta a mi lado:
-! Buenos días!- dicen al únesimo!
-! Buenos días!- respondo. Se presenta un buen día respondo, mientras cierro el libro, mirando al hombre, que a su vez, miró fijamente al libro: Luego traslado su mirada a mis ojos, como en una muda pregunta... Fuera otra.
- ¿De donde es el hombre?
-De Castilla la Mancha... ¿Y vosotros?
-De un pueblo de Asturias, pero desde que tenía 10 años, resido en Madrid.
Les confesé, en una amigable charla, conocer esa tierra, algún antiguo amigo en ella... Y su triste historia. hago una pausa añado, que la historia no se puede enterrar de cualquier manera. Asintió: Me miraba fijamente: sus ojos preguntaban. Supe en ese momento que el hombre, que estaba a mi lado, mas mayor que y, tenía su propia historia. Lo confirmarían las palabras que siguieron:
-Nosotros. los de "entonces" los que el empeño de algunos, quisieran fuéramos hombres silenciosos. Los que tenemos memoria que otros quieren condenar... nosotros: con algunos de nosotros, han fracasado en su empeño. Y habló. Y habló y mientras hablaba, viera que a medida que avanzaba en su relato se le humedecían los ojos.

"Fue una mañana del mes de Septiembre. Yo estaba a punto de cuumplir 10 años. Jugaba con otros niños en la plaza, cuando llegaría u pequeño camión del que bajaron tres hombres. Entraron en el ayuntamiento... momentos después, el camión partiría con L, que había sido obligado a montar en el camión a empellones.
-! Volveremos!-Gritó el hombre armado, sentado al lado de L.
Y volvieron.
-Vamos a ver muchachos: ¿donde vive fulano? El alcalde, me señaló mientra algo comentaba con el que llevaba la voz cantante.
Los tres, los mismos de díaas anteriores... entendía que buscaban a mi padre.
El Cielo presagiaba tormenta, los truenos retumbaban en la montaña...
-Porque él? Gritaba mi madre.
Supe luego que mi padre había dicho algo as´´i en la taberna: "! Vay, a lo que parece hay en elguna parte unos cuantos generales que se aburren...!"
-! Diga de una vez donde está su marido! ¿Lo sabe su hijo? Pues que suba al camión y noos enseñe el lugar,,, ordenaba aquel hombre sin contemplaciones. Me llevaron con ellos, carretera abajo: a solo dos Kilometros, estaba mi padre, segando la hierba. los hombres saltaron la tapia, Algunas piedras rodaron, y dos de aquellos hombres, a mepellones, le hicieron montar en el camión.
No he olvidado nunca la múltima mirada de mi padre.
No olvidaré nunca el! Tu te callas! que ahogó la tormenta.
No he olvidado en mi vida, al mano de mi padre, en un adios que sería para siempre.>>>
El hombre, me miró, miraría el libro, mientras decía haber leído LA VOZ DORMIDA. Regresaríamos al hotel, casi sin habla palabra... Tiempo hubo de charlar luego en la mesa, que yo cambiaría con otra pareja.
Convenimos que las viejas historias, deberían ser sabidas por generaciones sucesivas.
En Huelva, un otoño de 2.008
libertad.