FUJITIVA:...

FUJITIVA:
-Buenos días, señores foreros,
vengo muy de mañana a sentarme
un ratito en este lugar señero.
Ya venía yo oyendo durante días
todas vuestras noticias,
comentarios, teatrillo, chascarrillos...
que por cierto, nunca sabes;
no pensaba que hasta aquí me acercaría.

Y es que nunca conoces qué va a pasar
al siguiente día, no se sabe, de verdad
por mucho que imaginemos. A veces
me pregunto, ¿es verdad o es mentira?
¿Quien desentona, quien razona o disloca?
Todo va a depender de los intereses,
de quien lleve la voz cantante,
o con qué censores te encuentres.

Pues si, humildemente vengo a contar
que en cierto lugar del foro,
de cuyo nombre ya ni me acuerdo
hace poco que me han dicho
que me vaya, que llegando a un punto,
soy persona ingrata, no querida.
Y yo erre que erre, que quería decir
y contar la verdad de los sucesos;
porque al pasar del tiempo, la gente
se olvida, tergiversa, que es de necios,
pero he de reconocer que por necios me ganaron.

Yo estaba dispuesta a refutar opiniones,
pero las mías decían que eran excesivas
porque allí acostumbraban a poner muy pocas líneas
y que yo me llevaba toda la intervención.
A lo que yo replicaba, que el foro es ilimitado,
que opinasen, que hay para todos espacio.
Y llegaron los insultos, las zancadillas y golpes bajos;
no pude adelante seguir. Borré últimos comentarios y
allí, en ese loable lugar, les dejé el local
para que hijos e hijas del pueblo, tuvieran
la voz cantante, porque el pueblo es del que nace,
y los demás pueden hablar, si ellos pasan del caso,
si tienen miedo de errar, y decir mil incohencias.
Entonces callan como cobardes pero hoy día
con esta moda del foro, ya no importa quien lo diga.
No hay portero que pida el carnet de identidad, y
así dicen es mejor pues pueden poner a su gusto
a remojar a cualquiera, a cortar trajes perfectos,
a llegar con las palabras al insulto y la mentira.
Y comprendí mi desventaja. Podrían tirarme un tiro
como si fuese un platillo volador, o una perdiz de su coto.

Así que esta mañana me he dicho, vete al Café Levante,
que allí puedes ocupar asiento y gratis.
Y contar lo que te guste, te preocupe o te divierta.
Deja a los necios que cuenten sus necedades.
¡Mira que compararse con el ilustre Quevedo!,
que eso ya es un compendio de dislates.
Y todo porque el buen señor se escondía
en sus apodos, porque no podría
decir lo que pensaba sin que le censaran.

Les dije muchas verdades, pero las dije yo.
Hubiera sido mejor, que por sus bocas y su escritura
aquello que yo les decía, hubiera podido salir de ellos.
Pero tienen poca cabeza, que demuestran cada día,
pues se olvidan de muchas cosas sucedidas.
Debió de ser el mal trago que un día todos bebimos.
Y cosa curiosa que a mi me avivó el sentido
y ellos siguieron igual de ignorantes y necios.
Otro rato, si me dan su aprobación, sigo contando,
porque lo que allí pasa es, queridos, de traca.
¿Seré la única cuerda o quizás solo una loca?
Mucho de Quijote tengo, Dios, y sin remedio.
! Me pongo a luchar a veces contra molinos de viento!
Y a si me va, y sin remedio, ¡que no escarmiento!