2ªPARTE...

2ªPARTE
¿EXISTE EUROPA?
Tiene en el común con España, el haber sido, en el mismo periodo de la historia, un imperio con las misma doble identidad, europea y oriental.
Turquía, con su presencia en Europa, desde el siglo XIV, por las conquistas del Sultán Murad, de Adrianopolis, Tracia, y de los Balcanes, y posteriormente con la toma de Constantinopla en 1453 por Mohamed II, enriqueció culturalmente a Europa, siendo puente de unión entre Oriente y Occidente.
La nación turca, tuvo la responsabilidad histórica de dirigir el Islam y su mundo espiritual, portando la bandera verde del Profeta, Mohamed “la paz sea con Él”, durante cinco siglos y nunca se ha podido entender una Europa sin Turquía y su civilización, a pesar de que las creencias religiosas, fuesen una barrera infranqueable, en los tiempos pasados.
Turquía, esa gran nación deberá seguir la máxima de Ataturk “el Padre de la Patria” que decía: “No seáis europeos, limitaros a comerciar con ellos”. Luego el futuro de Turquía esta en su soledad y a la vez en su grandeza de ser esa gran nación, con otros horizontes que desarrollar y en aglutinar como cabeza de león nuevamente a una comunidad de países, todos hermanos de fe islámica, que actualmente ya tienen un peso especifico en el mundo actual. Ha llegado el momento que el mundo actual esta necesitando de una autoridad religiosa y política que auné el mundo islámico para un buen entendimiento con Occidente y en esta labor es primordial la presencia de Turquía.
También ha llegado la hora de intentar entre España y Portugal y los países de raíces ibericas en América, África y Asia propiciar un “Reencuentro” a fin de constituir una macro nación fuera de la Union Europea, formada de una Federación de Estados, que convivan pacíficamente con el resto del mundo para lo cual España y Portugal deberán analizar esta idea para materializar esta nueva realidad y valorar todas las oportunidades que ofrecen aquellas tierras y gentes así como hacer intervenir a la Comunidad Ibérica de América, África y Asia a que conozcan, España y Portugal con el fin de facilitar el diálogo y la cooperación de todos los Estados con estas raíces en un proyecto común.
Ahora una integración de países de forma natural y pacífica basada en el respeto mutuo con los otros pueblos del planeta y que les una, su historia común con una identidad propia formada por España, Portugal, los Estados Iberoamericanos además de una amplia comunidad de países junto a Puerto Rico y los Estados Ibero africanos (Mozambique, Angola, Cabo Verde, Guinea española) y los Estados Ibero asiáticos (Islas Filipinas, Isla de Timor). constituirían una deseada unión amplia, profunda y definitiva que en un mundo en continua trasformación y serviría de antorcha para iluminar al resto del mundo, a conseguir una sociedad mundial más humana, más solidaria y más justa.
El reto que se plantea al futuro Estado Ibérico es, a nivel nacional, recuperar su identidad oriental dormida con la esperanza futura de que vaya a cambiar el destino de Iberia y, a nivel internacional, sea un Estado mediador entre ambas civilizaciones.
Es necesaria una alineación de la futura Iberia con nuestros hermanos del Norte de Africa y de Oriente para la consecución de la integración, armonía y cordialidad en las relaciones entre Oriente y Occidente y ahí esta el papel de Turquía en participar para su logro.
Iberia, vivirá con la esperanza que algún dia cercano será nexo de unión y entendimiento y ayudara a alcanzar la armonía y concordia entre países en conflictos, siempre dentro de un código de respeto mutuo a la tradición y a las formas de vida cotidiana de cada pueblo.
Hoy, en la actualidad, el mundo Occidental está completamente perdido por su adoración a sus ideales de logros materiales por lo que merece esforzarse en la vida, alejándose totalmente, de una concepción religiosa de la vida, como lo había sido en el pasado. Existen pruebas evidentes de que no se vaya a producir un cambio en el pensamiento, en un futuro próximo.
Al contrario, las sociedades islámicas han mantenido a lo largo de los siglos, una explicación religiosa de la vida, y sus creencias y su espiritualidad son las constantes vitales para un musulmán, concediendo a los logros materiales y al bienestar, una importancia secundaria como prioridad.
Esta dicotomía, en la concepción filosófico religiosa de la vida humana, así como en los cimientos espirituales, y en los propósitos sociales, son las constantes que separan al Islam, de Occidente y deberían ser capaces ciertamente, de tolerarse mutuamente y de vivir, el uno al lado del otro, en una relación cordial y amistosa.
Es cierto que vivimos en un mundo dinámico, que todos los seres humanos nos necesitamos mutuamente, y que el cambio de expectativas económicas, entre los países desarrollados y menos desarrollados, genera la inmigración hacia la civilización occidental, en busca de recursos y de mejorar las condiciones de vida, lo que originará, pasadas varias generaciones, una integración entre ambas civilizaciones, que será positiva, puesto que de forma pacífica, la civilización oriental, actualmente”reserva espiritual del mundo” hará de recuperar el equilibrio, y la espiritualidad perdida, a la civilización occidental, sumida actualmente en un estado de desenfreno moral y de relajación de costumbres.
Si Iberia, en el futuro, deseara ser sujeto internacional activo, en esa noble función que le ha deparado Dios, en su destino histórico, es necesario ya plantearse valientemente, ser objeto de una metamorfosis profunda, al fin de recuperar esa identidad oriental dormida, mediante un programa de cambios, que hagan posibles este objetivo.

Julio Reyes Rubio