En directo:...

En directo:
Sigue aquí la última hora sobre la crisis del coronavirus
Opinión
Coronavirus: evitar aglomeraciones
IRAKLI GEDENIDZE | Reuters
Juan José Badiola

03/03/2020

(Por su interes publocamos en FORO COMÚN)

El coronavirus COVID-19, un virus de origen animal, fue identificado a finales del año pasado en la ciudad de Wuhan, situada en el centro del país y capital de la provincia de Hubei, provocando una enfermedad respiratoria que cursaba con fiebre, tos seca, malestar y dificultades respiratorias, que en algunos casos sufrían un agravamiento de su estado clínico y el eventual desarrollo de una neumonía.

Los ciudadanos europeos, y en concreto los españoles, consideraron inicialmente que se trataba de un problema lejano que difícilmente llegaría al continente europeo, por lo que no había que preocuparse demasiado, no siendo conscientes de que vivimos actualmente en un mundo global en el que los movimientos de personas son extraordinariamente frecuentes y acelerados. A ello se añade que China no es un país cualquiera, sino que hoy en día es la factoría más importante del mundo, lo que obliga a los países a mantener con ella relaciones comerciales en diversos ámbitos.

Pero la realidad es tozuda, y, como era de esperar, de la simple contemplación de cómo las autoridades chinas trataban de controlar la epidemia con actuaciones drásticas, como cerrar por completo ciudades de varios millones de habitantes, de repente el problema se traslada al norte de Italia, estableciéndose una cadena de transmisión de contagios del coronavirus sostenida y difícil de contener que obliga a aplicar medidas similares a las de China.

Como consecuencia del brote italiano asistimos a la aparición de una cadena de casos de persona infectadas, que en nuestro país ha superado el centenar y cuyo número muy probablemente seguirá incrementándose en los próximos días, y que, aunque por el momento se trata de casos importados, en su mayoría de personas que han viajado recientemente al norte de Italia, no todos son así. De hecho, en algunos se desconoce cuándo se inició el contagio y quién pudo provocarlo, lo que dificulta su seguimiento, aunque lo más probable es que se trate de pacientes que tuvieron contacto con anterioridad al brote italiano con personas que habían viajado a China.

El problema más acuciante que en este momento hay que afrontar es qué medidas se deben adoptar para reducir los contagios, o al menos para que no se incrementen al ritmo actual, lo que, en ausencia de vacunas y tratamientos específicos, aboca a establecer limitaciones en la celebración de acontecimientos que entrañen aglomeraciones de personas, como ya han hecho otros países europeos, aunque es posible que algunas de ellas no sean aceptadas de buen grado por una parte de la ciudadanía.