Continuación:

ALGO DE PROLOGO

Pero no eran muchas las que recordaba y, de entre éstas, unas salían muy largas y otras muy cortas, con lo que no guardaban un desable equilibrio entre ellas y, además, no resultaban en ningún caso suficientes para llenar un libro.
Sin embargo, así que trascendió la noticia de aquel trabajo en que estaba ocupado, así fue también que me empazaen a contar, a contar unos y otreos amigos, lances y episodios ocurridos en León y, de este modo, además de reunir material bastante para la publicación de una primera serie de relatos en el año 1987 y de otra ahora, aún me quedan, escritos ya, cuentos suficientes como para editar otras dos series y un acopio de anécdotas sucedidas en León o en otras provincias -pues ya de todas me han dicho alguna- que andan muy cerca del centenar y de las que espero contar varias, antes o después, porque las hay que no tienen desperdicio.