Crónica de
León:
Que nadie falte a la hora de sembrar las patatas
Hay inventos que merecen el
Premio Nobel y el Príncipe de
Asturias juntos. Como la fregona o la lavadora, pero ¿qué me dicen de la patata?
Desde siempre existen en los desvanes de las casas viejas
fotografías de los
antepasados preparados para sembrar la tierra de patatas. O ya arando para sembrarlas.
Aparecen
hombres y
mujeres agarrados al arado o llamando la pareja -como en esta antigua imagen de Anllares- todos colaborando para que no falte en la casa el preciado fruto. Una buena cosecha, unas gallinas en el corral, un gocho bien criado para la matanza y que no falte leche para los desayunos, las cenas y la manteca de verdad y que vengan días, pensaron nuestros antepasados y así vivieron, hasta el punto de popularizarse en nuestros pueblos un recordado dicho que ustedes perdonen por contárselo tal cual: ‘‘Andan diciendo los ricos que mal vienen para los pobres, pero en sacando las patatas y matando los castrones, que nos toquen los c...’’.
Los gochos están heridos de muerte (y no para hacer jamones), las vacas han sido sustituidas por el tetra-brik y al agua blanca le llaman leche, las gallinas viven presas en granjas donde no les apagan la luz para que crean que es de día y pongan...
Así no vamos a ninguna parte.
Fulgencio
Fernández