¡Aquí estamos! Y hoy la tarde más tranquilita.
¡Que anécdotas Anamaría! gracias por compartir esas vivencia!
¡Que tiempos! Julio estuvo en el colegio de huérfanos de ferroviarios en Ávila y luego en el de León, y de esas tiene también para dar y tomar. ¡Vaya vida paa llegar a viejos!
Una que recuerdo, y esto hace 55 años, que me ha contado alguna vez, dice así:
En el colegio de Ávila había un niño de Galicia, para concretar, de Porriño, que un día a la hora de comer pusieron habas blancas y el niño mirando a la monja con cara de incrédulo, le dijo: - ¡eh a mi non gustan fabes!; la monja le responde: - ¡hijo por Dios, ¿si no gustan las alubias habrá que retirarlas?; así lo hizo esperando el niño, en vano, a que le pusieran otra cosa para comer. La sorpresa la recibió en la cena cuando comprobó que a los demás niños les ponían el menú correspondiente, mientras que a él le volvían a poner el plato de alubias blancas. El niño alucinando y mirando a la monja le dice:- heu no entiendes que non gustan fabes?; a lo que la monja le responde: -hijo te gustarán, te gustarán. Y así fue porque pasados un par de días al niño le gustaron la fabes.