LOS TRES AMIGOS DEL SAPO (I)
(Recuerdo de Alejandro Casona en su escenario leonés)

En un lugar de la montaña de León tuvo principio el linaje……

Por el fondo del valle corre con impetuosa serenidad y algún que otro regalo de tabla truchera o recodo umbrío el Río Mayor de Luna. Va cargado de historia inicial de reconquista, de graves y puntillosos acentos concejiles –bravo y solemne “concepto abierto”, el leonés-, de lamentos del cautivo amor de Sancho de Saldaña, el esposo a juras de la dulce infantina astur Doña Ximena, padres del Carpio…
Buen rincón este de tierra frutal, forestal y hortelana, marjales junto al río y los regueros, y entre los marjales a la vera del primer surco o junto a la gran piedra mojonera, nuetro buen amigo el sapo. No lejos, en el charcal de los regachos o las senras, la rana innúmera. El sapo, en soledad, sueña u otea; la rana, al decir del cu-cu, “pelona”, “fofa y buchona”, “chata y fondona”, canta a lo loco, a lo loco, a lo loco. ¡Oh, El gran sapo campanero, en su soledad y con su flauta, tan limpia y total en sus simples compases!. ¡Oh, la rana y su croar irremediable, que ni es música ni nada, pero que es también cantar en celo de la Madre Tierra cuando todo lo pide y todo lo da! ….. Y sin embargo…..
-“hoy canta la rana -un cantar tan blanco”.

CONTINUARÁ…………………