Ya hemos recuperado fuerzas........

Aquella noche otoñal se presentaba de buen temple, a pesar de que la niebla envolvía ya la montaña, el valle, el pueblo entero. Cuando antes de ir al servicio, Bautista era novio de Excelsina, pocas eran las noches, después de hablar con ella, en que llegaba a la taberna un rato; pero ahora, ésta era la única distracción que tenía; necesitaba reconcentrar todo su despecho para probar a Argímio como se portan los hombres. A ella la perdonaba hasta la desgracia de no poderla olvidar; pero a él, no. Nada dijo Bautista al volver; ninguna queja hubo de escuchársele al regresar de Africa, donde su compañero, el Amando, le había hecho revelación de lo que desde el pueblo le contaban por carta sobre el nuevo cortejo de Excelsina; pero al hombre cobarde, al peor compañero de mocedad, al ladrón de su cariño, no le perdonría nunca.

Ya hemos recuperado fuerzas.....
Seguimos con el cuento: "EL ENCUENTRO" editado junto a otros por la "Imprenta Provincial" de león en el año 1931.

Cerca estaba ya de la taberna, situada en un rincón de la plaza. Allí se encontraría el Amando, que todas las noches contaba a los otros mozos mil chirigotas aprendidas en el servicio, mientras Argímio sonreía desdeñoso. Hacía bien. Como estaba en lo cierto al sentir un miedo que no podía disimular cuando apreciaba, una noche y otra, el silencio del hombre traicionado.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Empujó lapuerta Bautista y se vió dentro de aquel local semioscuro donde el humo danzaba, rodeando las testas greñudas de los mozos, en torno de los quinqués y pugnando por salir al exterior. Hacían aquel antro irrespirable el olor a aceite frito y el vaho de carne sudada, mezclados con el humo del tabaco fuerte, que apenas permitía ver los negros embutidos colgados, con dolorosa contracción, por encima de las mesas a que estaban sentados aquellos hombres, todas ellas, lo mismo que los bancos, pintadas ... (ver texto completo)