A opinar llaman en este país de tal manera que la "torre de babel está servida, desde ayer y por siempre. Asi nos va, y así nos fue a aquellos que nacimos antes DE, viviendo en libertades secuestradas, per4esecuciones y fusilamientos, para caer al desentendimiento, perverso, sembrado de mentiras..
Decía un dí un hijo de Griñán:"El día que mi padre se metió en
política, l11amaron a nuestra casa las desgracias, sin que cayera ni un euro en nuestros bolsillos."
Si señalo esto es porque me lo creo,
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