Justo detrás a unos cien metros, noches enteras para...

Justo detrás a unos cien metros, noches enteras para pensar y soñar... y allí mismo me detenía para ver a los jóvenes, a los cuales yo llamaba afortunados.
Por suerte y por desgracia, eran tiempos de vivir cosas buenas y no tan buenas, pero si se miraba atrás, a la cercana Guadalajara, y sus tierras alcarreñas frías; era para sentirse contento.
Me gustaba soñar y soñaba.
Dentro de las muchas carencias me proponía vivir y vivía, porque eran tiempo para vivir, si bien siempre me faltaba algo.
Desde la paz del campo... años atrás turbada, por algunas tubulencias que propiciaron llantos muy tempranos, Madrid me acogió con sus luces y sus sombras. Años después me vi en esa ciudad que sería alternativamente mi ciudad.
El río era mi amigo unas veces solo armado de mi "parquer" que supuso un resembolso, a privarme de las sabrosas patatas bravas, que daban, en la mismísima Plaza de Cervantes (las chuletas se las comían otros) en un bar hoy desaparecido, al lado de la calle que nos llevaba a la estación hacia el Maddrid de mis amores. Nunca mejor dicho puesto que eran tiempos de amar.
En ese bar "las bravas", una buena ración era mi cena. Hubo largas pausas en tierras arenosas, para sentir unas buenas dosis de añoranza.
Hubo tiempo para recordando añadir, esa especie de llanto del recuerdo a otros llantos mas lejanos.
Pero estábamos hablando del río que algunas veces, cuando el bolsillo estaba vacío lo frecuentaba en soledad, otras con A (sinonimo de Angel) una dulce y hermosa chiquilla, nacida muy cerca de la ciudad de que hablamos.! Que paz en el río!! Que amor buscábamos... y como lastimé su corazón. No había leído hasta entonces a ninguna muchacha mis tal vez malos versos, y sin embargo si que la enamoraron. Ya pedí perdón, por yo no saber legar a ella que si que era de amor verso.. lo sabría después, cuando ya muy tarde, una carta, llegaría, a los edificios mas sombríos, justo detrás de la Universidad.
Y todo fue allí en el río, donde el remanso se detiene, donde los peces saltaban, donde los pájaros revoloteaban por encima de nuestras cabezas... que sin yo saberlo, perdí un amor.
Y todo porque allí escribí:

"Cuando estas aquí son distintos los colores,
llovizna amor el cielo, cantan los ruiseñores
y la tarde retumba sobre el río, mil amores.

Un día.. A te desee lo que yo no pude darte. Tu carta la perdí. Sus palabras aun me rebotan en el alma... Hoy me llamo de diferente manera
Se feliz.