SUPER HOMBRE, EL RUBAL
Se ve que el personal del partido socialista está de capa caída. Ellas, mejor que no hablen que meten la pata en cuanto sueltan alguna palabra.
Y se ha tenido que quedar Rubal, el super todo en uno para intentar conjugar el tema poder, ganar y seguir defraudando a todos. A los de derechas y a los de izquierdas.
Felipe lo tenía más fácil porque él era el bueno; el malo, Alfonso Guerra y había todavía credibilidad hasta que llegó la corrupción y fabricaron el GAL. Lo de Rubal es más difícil. ¡Qué difícil es ser Dios! El, el bueno, y él, el malo. Ahora azuza a los bancos mientras contiene a los indignados desde su papel o moneda doble. Una cara, y aparece el candidato a seguir gobernando; y por la otra, el Ministro del Interior. Difícil de compaginar pero él sabe y muy bien lo que hace: seguir engañando a todos.
Un amigo mío y empleado de una caja me dice que esto no hay quien lo entienda y que las normas que tenían establecidas se obviaron hace mucho tiempo. No hicieron el trabajo de control, y no siguieron la norma establecida de conceder solo el 80% de un crédito. Manga ancha y total. No controlaron porque no les interesaba controlar y durante mucho tiempo. Eso, mi amigo.
Yo creo que no se ha controlado el dinero que se ha dado a los bancos en absoluto porque no saben y porque no les interesaba. Y ahora son los bancos los culpables de sus propias averías. Y así andamos con la mula de Rubal a trompicones. En un país que según el CIS, la corrupción alcanza al 80%. Vivimos entre ladrones y maleantes y sálvese quien pueda.
Se ve que el personal del partido socialista está de capa caída. Ellas, mejor que no hablen que meten la pata en cuanto sueltan alguna palabra.
Y se ha tenido que quedar Rubal, el super todo en uno para intentar conjugar el tema poder, ganar y seguir defraudando a todos. A los de derechas y a los de izquierdas.
Felipe lo tenía más fácil porque él era el bueno; el malo, Alfonso Guerra y había todavía credibilidad hasta que llegó la corrupción y fabricaron el GAL. Lo de Rubal es más difícil. ¡Qué difícil es ser Dios! El, el bueno, y él, el malo. Ahora azuza a los bancos mientras contiene a los indignados desde su papel o moneda doble. Una cara, y aparece el candidato a seguir gobernando; y por la otra, el Ministro del Interior. Difícil de compaginar pero él sabe y muy bien lo que hace: seguir engañando a todos.
Un amigo mío y empleado de una caja me dice que esto no hay quien lo entienda y que las normas que tenían establecidas se obviaron hace mucho tiempo. No hicieron el trabajo de control, y no siguieron la norma establecida de conceder solo el 80% de un crédito. Manga ancha y total. No controlaron porque no les interesaba controlar y durante mucho tiempo. Eso, mi amigo.
Yo creo que no se ha controlado el dinero que se ha dado a los bancos en absoluto porque no saben y porque no les interesaba. Y ahora son los bancos los culpables de sus propias averías. Y así andamos con la mula de Rubal a trompicones. En un país que según el CIS, la corrupción alcanza al 80%. Vivimos entre ladrones y maleantes y sálvese quien pueda.