Hola Inés: ...

Bon día lú, que tal! Por lo visto ya somos dos quien echamos de menos a nuestra intrépida Carmen, espero que regrese pronto de ese maravilloso lugar, que ha escogido para descansar. Y empiece a redactar todo lo acontecido, y seguro que nos hará pasar unos buenos ratos, con sus comentarios y quizás también deleitándonos con algunos poemas dedicados a ese lugar tan bello donde ha estado.

Besos guapa.

Hola Inés:
gracias por tenerme en cuenta. He visto mucho, he leído mucho; y al estar tan informada, la realidad también me ha desanimado mucho con lo que está aconteciendo con nuestra querida España. Sola, más sola que nunca, más desolada, más abandonada que tristemente los montes optan por el suicidio colectivo de los árboles que se queman sin remedio.
Llamas y más llamas por los bosques y montes y personas fallecidas en su rescate también.
¿Os dáis cuenta de cómo les han cambiado las vidas a muchas personas este verano? Accidentes de todo tipo y la vida de repente ya no es la misma vida en la que no pasaba nada.
Eso sin sentir qué puede sentir un espacio natural que ha quedado reducido a cenizas en el que tenían puestas sus esperanzas muchas personas, animales y plantas. Y sin los espacios naturales nuestra vida también peligra, y sin embargo se siguen quemando por lo seco del terreno, por la dirección de los vientos, porque alguien ha tirado colillas encendidas.
No me acabo de creer que a pocos días de la quema se haya apuntado hacia colillas pero el delito ya estaba tipificado anteriormente y eso anima en su búsqueda.
¿No será como buscar una aguja en un pajar con el afán de encontrar al culpable para descargar la culpa en alguien?
¿Tan avanzados estamos que una colilla nos muestra el ADN de su dueño? ¿Ya estamos tan "controlados"?
Los montes se han quemado y los capitales se han evadido. ¿Y es más fácil dar con los fumadores que con los que se llevan la pasta sin dejar rastro? Que no me lo creo. Que aquí hay mucho estafador suelto y lo peor es que se permite impunemente que eso suceda. Y mientras se siguen entregando a los banqueros el dinero que se nos está quitando a los de siempre, a los de a pie, a los que no tenemos dobleces ni dobles fondos, ni dobles contabilidades y a poco, si seguimos así, nada van a tener que robarnos tan descaradamente. Eso sí, que no cuenten con que nos falten las palabras que serán nuestras aliadas en esta batalla. Y solo palabras, pues las acciones sin ton ni son, lo único que llevan impresas son el fracaso rotundo y antes de empezar. Que nos quede claro, que ahí no hay trampa ni cartón. Por mucha crisis que haya, el estado de derecho continúa, lo queramos o no. Y a la vista de la realidad este solo funciona eficazmente para el de siempre, el que no se puede ni evadir ni marchar, ni llevarse la pasta (que tiene lo justo o menos que eso)
Dios que país, siempre igual, por siglos y siglos que pasen nada cambia.
Si tuviésemos presentes los escritos de los últimos escritores parecería que hoy es ayer. Que se anticiparon al tiempo que vivieron porque aquí todo y siempre funcionó igual. "Como decíamos ayer"...
Perdona Inés pero es lo que hay.
Un abrazo.