LAS GLORIAS DE TARDAJOS

Al volver ayer de Madrid, a Dios gracias, porque no sé ni como aguanta la gente allí- que muchos se van a las afueras, que dos horas algunos para ir a trabajar por la mañana, otras dos horas en coche, por la tarde; y enfadándote hasta con el vecino del sexto o el listillo que se te cuela en la carretera. Bueno, eso, para los madrileños si les gusta ir en metro en una lata de sardinas y pasar muchas horas en blanco en las carreteras o en los autobuses.

Pero a lo que iba.

Dicen que lo viejo y lo nuevo es lo mejor. Y es que últimamente me fijo en todo. Unos grifos de lavabo que dicen que son el nova mas. Y luego, tienen que poner el tradicional, porque de grijo inteligente como pregonan, nada de nada.
Te acercas y no sale agua. Se debieron estropear con la crisis y como no para ni el gato, no los cambian. El que funciona es el de antes de tanta gloria bendita como pregonan. Cuartos de baño inteligentes, de adorno nada mas.

Pero eso mismo me lo encuentro aquí en Tardajos. Unas glorias maravillosas, que las periodistas las venden de gloria también. Y qué calores, y qué sofocos, dicen. Si ayer os lo perdisteis, no os preocupéis que vamos a tener gloria bendita todo el invierno, al calor, y viendo la tele. El, o la que aguante, claro.
Ahora, que no os engañen, porque hay gente que tiene gloria, pero también calefacción de gasoleo. Como yo, que tengo chimenea para ver arder los troncos, y además radiadores con la caldera en la sala de máquinas del sótano. Como todo hijo de vecino que quiera pasar un invierno cómodo y confortable en casa.

¿Pero y los olores del verano y del otoño, compensan por un rato luciéndose en la tele regional?

Eso es el glamour, pero yo si lo quiero lo tengo igual, y diciendo las cosas claras, el chocolate espeso, y acompañados de churros caseros.
Y no necesito que nadie me grabe, que sé yo hacerme unas fotos donde quiera que haya espejo, y algo que denunciar, también.