No voy a seguir hablando de fiestas por ahora. Porque hablar de algo que no se vive, no es, Burgos

No voy a seguir hablando de fiestas por ahora. Porque hablar de algo que no se vive, no es lo normal.
Interés de hablar de fiestas no tengo en particular. Supongo que habrá muchas actividades pero estos días estoy ocupada en mis cosechas particulares. Cuando se está pendiente de recoger hay que estar a ello.
Y además, a unos pocos kilómetros de la capital, la fiesta no cala tanto.

Recogí mi pequeña cosecha de cerezas tempranas tomándole el pulso a los tordos. Con las redes muy deterioradas entran y salen a su gusto. Fue pronto y les faltaban un grado de madurez, no importaba pues la mermelada con la fruta algo verde queda mejor al tener mas pectina. Y este año, no hay ciruelas, se helaron. Así que lo negativo se convierte en positivo buscando lo idóneo según para qué cuestión.
Ya están conservadas, tanto las rojas como las blancas.
En las rojas haciendo pruebas he mezclado hojas de estevia, que tiene azúcar natural y para terminarles de quitar la acidez, dos cucharaditas de azúcar moreno.
Las blancas las he mezclado con naranjas, fresas y una cucharada de miel. Este año he cambiado de fórmula. Cuando tenga la estevia mas crecida pondré mas cantidades e ella, de momento las plantas son pequeñas y no se cómo pasarán aquí el invierno en que se hiela casi todo. Será cuestión de probar nuevos cultivos.

Luego tengo manzanilla que me está dando mucho trabajo pues cuanto mas cojo, mas vuelve a salir. Con las mismas matas que el año pasado su producción ha crecido enormemente. No sé si terminaré mañana o pasado pero nunca se acaba hasta que se secan las plantas por completo. No me esperaba tanta cantidad como voy recogiendo y secando en cajas con papeles de periódico.