Julín: ...

Julín:
mi padre tuvo que cantar a todas horas para vencer al enemigo que se le infiltraba por dentro. Que merodeaba en cualquier rincón.
Es el mejor antídoto contra la maldad. Es sumergirse en uno mismo y acabar con el traidor que acecha escondido en las sombras.
No tuvo mas remedio que aprender canciones, aprender a tocar el laúd, sin saber notas ni nada. Todo de oído.

Después de la guerra, todavía era un niño, y ya sabía lo que era ganar el pan y que se lo robasen. Tenía familia, que es lo único que pudo tener. Otros fueron huérfanos, pero el, aún huérfano, fue un hermano mas en busca de algo que llevar a casa para que su madre lo cocinase.
Unos días, cangrejos; pues era valiente y los pescaba. Siendo más pequeño que otros.

Se tuvo que hacer amigo de la canción para que la vida no le asediase. No sabes lo que es convivir con el enemigo que está en tu propia casa. Porque el enemigo se infiltró en la vida de cada uno, como no puedes tener ni idea. No te dejaba a sol ni a sombra. Parecía que te habías ido lejos, y ahí estaba. Y la música, lo espantaba.

Lo único que siento es que llegase a saberlo tan tarde, cuando ya no me podía enseñar a tocar la guitarra, porque me fui de su lado. Y entonces, lo comprendí, pero ya no había nada que hacer. Si tuve una oportunidad, la dejé escapar. Y lo sentí durante muchos años.

Perdió su facultad para la música en su infarto cerebral, y desde entonces ya no toca la guitarra. Le afectó al lado izquierdo, que es el portador de la creatividad y de las habilidades musicales dentro del cerebro. Pero todavía canturrea de vez en cuando. Y gracias a Dios, que en medio de su enfermedad, goza todavía de fortaleza y de memoria. Algo mermada, pero todavía se acuerda de sus años de trabajo en el pinar, yo creo que es porque mientras que trabajaba, cantaba.

Le gustaban todos: Serrat, Jose Luis Perales, Rafael, Roberto Carlos, Yeanette- porque encima de sentirse rebelde en su interior, se lo impedían. Porque él nunca pudo ser ni rebelde y eso que razones no le faltaban.
¡Cuánto hubiera dado por haber sido ese niño que la guerra no le dejó ser!
Y sin poder ser rebelde, pues el enemigo le había amordazado.
Es terrible de verdad lo que es capaz de hacer la intolerancia.

Saludos cordiales
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Buenas tardes Carmen, me conmueve todo lo que me cuentas acerca de tú padre, y lo entiendo, tanta mordaza, tantos silencios. Para casi todos fueron años muy duros, irrecuperables jamás, el silencio imperaba, la vida era como en blanco y negro, sin color, todo pasa. Tú padre supo desconectar, alegrar su mente, a su manera lo hizo. Sus gustos musicales muy buenos, Supo llevarlo de la mejor manera, y con mucha creatividad musical. Son tantas las historías pasadas, que no deben caer en el olvido.

Un ... (ver texto completo)