BREVE BIOGRAFÍA DEL SANTO...

Hay esculturas en Burgos que se encuentran en El parque de San Francisco, en la Residencia de ancianos de Fuentes Blancas, en la Capilla del hospital Provincial y en el Puente Malatos. Ésta última, concretamente, representa a Santo Domingo de Guzmán. Dedicada también al Camino de Santiago esculpió un peregrino al que titula “Fin de jornada” que se encuentra colocada en el Teatro Principal pero que será instalada en el Albergue de peregrinos de la Calle Fernán González, en cuanto concluyan las obras del albergue. Y actualmente se encuentra trabajando en varios proyectos que le mantienen activos. Unas obras de encargo, y otras, para su satisfacción personal y libre albedrío del artista.

foto: Santo Domingo de Guzmán en el Puente de Malatos en Burgos Capital

BREVE BIOGRAFÍA DEL SANTO

Domingo García nació en Viloria de Rioja (Burgos) hacia el año 1019. Decidido a entregar su vida a Dios, quiso ingresar en los monasterios de Valvanera y de San Millán, pero fue rechazado en ambos.

Alrededor del 1040 se retiró como eremita a los bosques que ocupaban el lugar en el que hoy se levanta la ciudad de Santo Domingo de la Calzada, y desde allí observó las dificultades que los peregrinos, rumbo a Compostela, encontraban al atravesar la zona. Trabajó desde entonces para facilitarles el recorrido con la construcción de un puente que permitiera salvar el curso del río Oja, un hospital donde refugiarse, una calzada que uniera Nájera con Redecilla del Camino (Burgos) y una pequeña iglesia. Recibió el apoyo de Alfonso VI de Castilla, a cuya tarea repobladora beneficiaba el burgo derivado de la actuación de Domingo.

A su muerte, el 12 de mayo de 1109, fue enterrado en el camino que había trazado. Sus seguidores mantuvieron el pequeño núcleo de población, que con el tiempo adoptaría su nombre, y continuaron su obra con la creación de una cofradía, la misma que hoy se encarga de preservar el recuerdo del Santo y las tradiciones a él vinculadas y de acoger a los peregrinos en el albergue que atienden.

Así concluyo, con honor, rectificando mi error, y dicho sea de paso, no hay mal que por bien no venga.

Nos vemos, que este pequeño lapsus me haya servido para no apartarme del camino que en su día me marqué, llegar al 2016 con gloria para mi y para Burgos.
Seguiré con más cultura burgalesa que la tengo recogida ya. Una sorpresa para quien no sabe qué hago en mis ratos libres. Me invento hasta nuevas identidades para publicar en otros formatos que os mostraré.