Mis viejos, inolvidables, amigos, Chuchito Navarro...

Jose Alfredo Jimenez, que murió cirrotico con 48 años, dejo una ingente obra en canciones y,
sobre todo, en el estilo de rancheras.
Tiene muchas. Todas, diría yo. Desde EL REY a GABINO BARRERA. Todas.
Pero hay una que luego grabaron muchos interpretes en modo de bolero y que no muchos
sabrán que nació como ranchera. Me refiero a SI NOS DEJAN. Precioso y romántico tema
que en nuestro país popularizo la dulce bolerista sevillana TAMARA.
Jose Alfredo, de base cultural elemental, con una azarosa vida, murió y su entierro lo tuvo que
pagar la Sociedad de Autores Mejicanos porque se lo había gastado todo. Hoy, imagino, que
sus herederos gozaran de mejor situación porque su lista de composiciones es inacabable y
grabadas por muchísimos cantantes.
Hace mas el que quiere que el que puede. Jose Alfredo es el ejemplo. Sin estudios. Pero dejo
para la historia musical un ejemplo de creatividad y sensibilidad que pasara a ser, por tan
abundante, inmortal.

Mis viejos, inolvidables, amigos, Chuchito Navarro y Alfredo "Güero" Gil, artífices del inmortal
Trío Los Panchos, nos contaban estas cosas de Jose Alfredo Jimenez, y de otros músicos
e interpretes mejicanos a los que ellos admiraban. Entre ellos a Javier Solis al que conocían
muy bien ya que grabo con ellos (con Los Panchos) varios discos.
Era otro ejemplo de artista natural, sin estudios musicales, cantando por las tabernas se fue
haciendo conocido. Y lo traigo a colación porque tenia mucho paralelismo con Jose Alfredo
en cuanto que tambien tuvo una vida muy agitada e igualmente murió joven como Jose
Alfredo y por causas iguales: la cirrosis.
Durante sus estancias en Madrid, bien en el Hostal Embajada, bien en Apartotel Melia, mis
entrañables Chucho, Güero (Rafael Basurto, primera voz, a veces tambien participaba en
estos diálogos) o sea, Los Panchos, se sentían cómodos y nos contaban (platicaban, como ellos
decían) todas estas historias y muchas mas que ellos vivieron en su largo recorrido vital y
que a nosotros nos resultaban maravillosas e impagables.