Para mi esta fábrica tiene un gran valor sentimental. Siempre me dijeron que mi
abuelo, que era albañil, ayudó en la construcción de la chimenea y eso me llena de orgullo pues durante muchos años esta fábrica dio
trabajo a muchas personas, e hizo que los lugares de influencia fueran prósperos. Ahora son zonas muy deprimidas y solamente en los
veranos recobran vida.