La política suele ser un asco, pero de toda la vida. Así que nosotros no la vamos a cambiar, creo yo, por lo que seguirá siéndolo. Fijaos el panorama que se nos queda en Cataluña. Ya me parecía a mí demasiado pronto para convocar elecciones teniendo la gente la cabeza tan caliente tan recientemente. El resultado se veía venir. Es decir: por mucho empeño que se pusiera y por mucho que se trabajara en ello, los años machaconeros de lavado de cerebro necesitaban mucho más tiempo para que de alguna manera se fueran limando. Por otra parte, esos medios de comunicación deberían haber sido neutrales en vez de pro-separatistas, una vez aplicado el artículo 155.