¡Ay!...
de aquellos tiempos me cuentas
donde la mies era mucha
Y el trabajo más.
El oro de las espigas
El trabajo de los hombres
Ay las hoces como brillan,
Hasta que el sol se esconde.
¡Que largos se hacían los surcos ¡
Ay que juntar las gavillas
Para componer el haz
Atarle con el vencejo
Ya de tarde y al final.
Allí estaba don Rosendo
Que antes fue el capataz.
Él como manijero
el primero y a empezar
También otros segadores
Le seguían por detrás
Colocando la manadas
Juntas para luego atar.
Eran las hoces de “pica”
Para el trigo y la cebada,
Otras eran de “corte”
Y algarrobas arrancaban,
Que en los campos de castilla
En muchos campos sembraban.
Allí estaba D. Rosendo
Y de chico yo aprendiendo
Yo juntaba las gavillas
Otros las iban atando
Pero si eran algarrobas
Las iban amontonando.
Mientras los segadores
Se encontraba, almorzando.
Con jamón y buen chorizo
Y ese agua en el botijo
Que del burro iba colgando
Tenían que beber mucha
Por que siempre estaban sudando.
No quiero hacer esto largo
Descansen ustedes un poco
Que vendrán las espigadoras
A recoger las espigas
Del suelo poquito a poco.

Seguiremos trabajando
Que el campo da para mucho
¡Hay que ver lo que NO han hecho ¡
Estos políticos de ahora
Y se dan golpe de pecho
Pues……..
Esta Todo en barbecho.

En pleno Julio.