Hoy he vuelto a ver a RUFO, un pescador que conocí en la playa de Oropesa del Mar allá por, Escritos "literarios" originales y propios de cada forero

Hoy he vuelto a ver a RUFO, un pescador que conocí en la playa de Oropesa del Mar allá por 1984. ¡Cuántas veces le dije que su nombre era de auténtico pescador como el protagonista de la canción de Massiel!. Hoy le he dicho que en su honor mi perro se llama RUFFO, con dos efes; se lo he dicho con un poco de miedo por si se molestaba, pero no, le ha hecho gracia.

Rufo salía todas las noches a pescar con su destartalada barca y en los bonitos y cálidos atardeceres les daba una vuelta por la bahía a los chiquillos amigos de sus sobrinos oropesanos. Y a las siete de la mañana vendía el pescado en la playa. Si querías su mercancía tenías que madrugar. Vendía boquerones, sardinas, galeras, algo de morralla y algún exquisito langostino rayado como los de Vinarós. Tenía una clientela fija y mañanera a escondidas de los municipales, que dicho sea de paso hacían la vista muy gorda. ¡Menos mal!.

Construyeron el puerto a finales de los ochenta y su actividad mercantil en la arena quedó prohibida, desaparecieron las barcas y los pescadores pudientes compraron amarres. A Rufo no lo volvimos a ver y se corrió el rumor de que había emigrado a Venezuela.

Han pasado más de veinte veranos y he visto a RUFO con nuevas herramientas de trabajo: Ha cambiado los remos, las velas y las redes por un detector de metales. Rodeado de niños parecía un rey mago en noche de cabalgata. No paraba con su exigente clientela yendo de un lado a otro."Rufo, que enfrente del Chulvi ayer perdí una moneda de dos euros"."Rufo, que cerca de la caseta de Chimo mi madre perdió un anillo". Una señora mayor quería que le buscara la esclava de la comunión de su nieta.... RUFO, RUFO, RUFO... más solicitado que cuando vendía pescado.

Rufo sonreía con su cara morena y sus ojos llenos de experiencia y picardía y se reía cada vez más cuando detectaba una chapa de cerveza. Rufo se acordaba de mí y ese ha sido el regalo de este caluroso día. Mañana voy a perder algo adrede a ver si es verdad que su aparatejo sirve para algo, por lo menos servirá para que me cuente alguna historia de ultramar; acaso haya ligado con alguna sirena y me lo quiera contar.