Nunca olvidaré aquellas vacaciones que hice a Suiza...

Nunca olvidaré aquellas vacaciones que hice a Suiza en el año 2008. Fue un viaje inesperado, y que para mí se convirtió en una odisea antes del viaje. Sólo había salido del país para ir a Andorra algún fin de semana que otro, pero eso para mí no contaba, ya que el viaje se hace en coche. Esto era diferente: tenía que montarme en un avión, y nunca lo había hecho, porque le tengo pánico a las alturas. Pero era tan grande la ilusión que tenía de poder visitar este país, que hice todo lo posible por no pensar en el vuelo y sólo me concentraba en que sería una hora de vuelo.

La semana anterior al viaje me puse a comprar algunas cosas que necesitaba y preparar el equipaje,! eso sí que me hacía ilusión! siempre me ha gustado preparar la maleta con antelación y ver lo que voy metiendo, así no se me olvida nada.

Llego el día que con tanta ilusión esperaba y a la vez con miedo a lo desconocido. Era al final del mes de mayo, amaneció un día radiante lleno de luz, el taxi nos estaba esperando para llevarnos al aeropuerto donde estuvimos más de dos horas facturando y pasando los controles, todo aquello era nuevo para mí. Una vez que ya estaba todo en regla, sólo quedaba esperar que anunciaran el vuelo.

Habían pasado casi dos horas, desde que llegamos, cuando sentí por megafonía que el vuelo con destino a Ginebra, ya estaba listo para salir.
Nos hallábamos en la cola, para subir al avión, y después de la espera, resultó que no hacía falta esperar allí, dado que podíamos pasar por otro pasillo, debido a que nuestro billete era de diferente clase. Yo iba aterrorizada, como he dicho antes, este miedo se apoderó de mí. Me habían contado tantas cosas que sólo que quedé con las cosas catastróficas, y no quise reparar en las cosas buenas. Respiré profundamente, y me dispuse a sentarme en el asiento que me había tocado junto a la ventanilla. Me tranquilicé un poco, cuando ví que detrás de mí asiento se sentaba una señora con tres niños, ellos estaban felices y en sus caras no había el más mínimo rastro de miedo. Esto me consoló un poco, y me dije ¿si ellos pueden, yo también?. así que me puse unos tapones en los oídos para evitar el sonido ensordecedor que provocan los motores, me abroché el cinturón y ya estaba dispuesta a seguir el viaje.

Para mi sorpresa, hice hice un viaje estupendo, sin miedo a volar, incluso me levante y anduve por el pasillo, no era diferente a cualquier viaje en tren. sólo que no pensaba que estaba volando. Cuando quise darme cuenta, ya estábamos en Suiza. El viaje resultó muy ameno. Con mi escaso Francés aprendido en el colegio cuando era joven, pude seguir las instrucciones y encontrar la salida para recoger las maletas.! Por fin ya estábamos en Suiza!, allí nos esperaba, mi sobrina y su pareja.

Me sorprendió extraordinariamente aquellas mamparas en la autopista como amortiguadores para el ruido con las casas colindantes. y aquellos paisajes tan verdes. Nos dirigimos a Lausanne, donde viven, en una urbanización preciosa. Tuvimos la suerte de poder disfrutar muchísimo y poder ver cosas que quizás si hubiéramos ido por libre, tal vez no las hubiéramos visto nunca, por no saber dónde se encuentran. El idioma también dificultaba la búsqueda.
Sus paisajes me recordaban las montañas de Heidi, y muy parecidos a los prados asturianos. Sus lagos, sus castillos, sus palacios, convertidos en hoteles...
Hay un ferri en Lausanne que lleva turistas a la otra orilla y ya estás en Francia. Fue una tarde lluviosa pero muy bonita, la que pasamos en aquel pueblo francés.

En Montrex, su lago es precioso, allí hay una estatua del ya fallecido cantante Freddy Mercury, donde sus habitantes le colman de flores. También fuimos al casino, aquello era precioso, y algún franco gané, cuando salimos nos llegamos a la casa española, cuánta emoción sentí al ver a aquellos españoles fuera de su patria, pero estando allí parecía que estaba en cualquier restaurante de España. Aquella noche fue de mucha emoción, pues coincidía que jugaba la selección Española, copa europea 2008 celebrada en Suiza y Austria.

El Condado de Gruyer es precioso. Su castillo, museos y comida extraordinarios. Una de las especialidades es su fondue de gruyere, que se come con patatas cocidas.

en Lausanne, es donde más tiempo estuve; es un lugar precioso, con su lago y sus pelícanos...
No podía venirme sin probar el famoso suizo y lo tomamos en el restaurante del Hotel Palace, pero cual fue mi sorpresa, que el chocolate es como si fuera un cola cao con nata, muy diferente a como lo conocemos aquí en España, que es con chocolate espeso. En este hotel se alojaba la selección Holandesa.
Ya había pasado 20 días y tocaba volver, después de pasar unos días estupendo tocaba volver. Al regreso, la monotonía de cada día. Pero aquel viaje nunca lo olvidaré.

Inés..
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Ayer me llamo la atención este tema y entré leyendo, opiniones, que de las que me llegué a decir, que se sigue la rutína, del u tu mas, y tu tambíem escribo lo que me da la gana... Hoy MUNDO y en una hora no muy habitual en mi,.! Por fin leo algo que me distrae y alimenta.
Como me he paseado por Europa, y ser un apasionados de la historia de los pueblos, te he leido Repito, que me he alimentado. hasta me estoy diciendo que "hace mas el que quiere que el que puede" y que: "el que nada hace no se equivoca.
Me alegro de leer "algo"
Un abrazo. ... (ver texto completo)