TRINOS DE PÁJAROS DE AYER.
Canto de pájaros tristes, que permanecen en mi memoria.
Y el silencio de mi abuela a la luz del candil callando cuentos feos
Y de los leños que saltaban pavesas, volando chimenea arriba, como si huyeran del triste silencio.
Pasaría algún tiempo para que aquel niño entendiera que significaban los silencios largos, seguidos de alguna lagrima.
También pasará mucho tiempo, hasta llegar a interpretar, los "cuentos que callaba mi abuela.
Legua... Muchas leguas de tristeza pasarían para saber que significaban lágrimas muy enteras, y porque rotas voces en la garganta, mencionaban mas allá del gran rio.
Pájaros nunca mudos: so ríos, mares, leguas de memorias.
La abuela le daba a la rueca, la abuela tejía calcetines, y mencionaba trinchera.
Pájaros de hiero volando, turbaban los silencios. El candil chisporroteaba.
A mucha gente que quería cantaran ruiseñores, hachas malvadas quisieron cortarles las alas.
Todso olía a leguas de tristeza.
Olía a invierno, atierra humeda y apólvora quemada. Y a lamento y sollozos mil tristes caravanas,
Se diría que un viento ronco y frío quisiera silenciar bellas palabras.
Caravanas de hombres, de niños, de mujeres, de ancianos: pueblan los caminos.
Comentaba la madre con la hija. que miraba a su vez al hijo, que aún no entendía ada.
Al amor de la lumbre, en un crudo invierno, al lado de mi abuela, me aprendí este "cuento..."
Cuando miles de hombres rotos poblaban los senderos.
De esto hace tres cuartos de siglo, cuando un niños se preguntaban porque dos mujeres, lloraban a solas.
Fue hace dos días que es cribí un poema, sobre la negra chimenea: mi sorpresa ha sido grande, al encontrarme, por primera vez, aquellos versos desaparecidos.
Canto de pájaros tristes, que permanecen en mi memoria.
Y el silencio de mi abuela a la luz del candil callando cuentos feos
Y de los leños que saltaban pavesas, volando chimenea arriba, como si huyeran del triste silencio.
Pasaría algún tiempo para que aquel niño entendiera que significaban los silencios largos, seguidos de alguna lagrima.
También pasará mucho tiempo, hasta llegar a interpretar, los "cuentos que callaba mi abuela.
Legua... Muchas leguas de tristeza pasarían para saber que significaban lágrimas muy enteras, y porque rotas voces en la garganta, mencionaban mas allá del gran rio.
Pájaros nunca mudos: so ríos, mares, leguas de memorias.
La abuela le daba a la rueca, la abuela tejía calcetines, y mencionaba trinchera.
Pájaros de hiero volando, turbaban los silencios. El candil chisporroteaba.
A mucha gente que quería cantaran ruiseñores, hachas malvadas quisieron cortarles las alas.
Todso olía a leguas de tristeza.
Olía a invierno, atierra humeda y apólvora quemada. Y a lamento y sollozos mil tristes caravanas,
Se diría que un viento ronco y frío quisiera silenciar bellas palabras.
Caravanas de hombres, de niños, de mujeres, de ancianos: pueblan los caminos.
Comentaba la madre con la hija. que miraba a su vez al hijo, que aún no entendía ada.
Al amor de la lumbre, en un crudo invierno, al lado de mi abuela, me aprendí este "cuento..."
Cuando miles de hombres rotos poblaban los senderos.
De esto hace tres cuartos de siglo, cuando un niños se preguntaban porque dos mujeres, lloraban a solas.
Fue hace dos días que es cribí un poema, sobre la negra chimenea: mi sorpresa ha sido grande, al encontrarme, por primera vez, aquellos versos desaparecidos.