De este mundo de risas y de llantos, siempre me conté...

De este mundo de risas y de llantos, siempre me conté cosas.
Y de gobiernos.
Y de la mala suerte de haber nacido en una época, de poco pan y si muchos fusiles.
Duele a veces lidiar con tanto triste recuerd0; pero es lo que hubo
y hay porque sigue habiendo hombres desgarrados.... buscando abrigo desde su muy pálida esperanza.
Y es que ayer yo recordaba cuando hundía mis manos en la tierra en busca de pan.
Y es que ayer y todos los días, oteo vientos por si en el mundo algo ha cambiado.
! No mucho! me dije y me puse a pensar en la tristeza en las noches de invierno de los que duermen entre cartones...
Y me puse a pensar en los campos de trigo y los mal repartido que está el producto de las espigas.
! Abrígate, amigo, compañero, hermano o lo que tu quieras
y en nombre de las personas que quedan repartiendo amor
te pido le pasees desde tu bondad por los vientos roncos que tu y yo sabemos.
Gritaremos, espiga: pan para todos.
Y si hambrientos, culparemos a gobiernos tercos; si es que nos dejan algún rincón para nuestra libertad.
Ayer pensando en la abundancia, sudor mal repartido, y gobiernos que declaran indigencia,
se arropan de fría indiferencia, mientras discuten, si esta bien o mal hablar de los muertos recientes
mientras exigen olvidos, para viejos muertos.
Pero retornemos a un hecho cierto: existen las calles de los lamentos
al lado mismo de la abundancia, y no resultaría leal a ti y a mi compañero que de hechos terribles
guardáramos silencio.
Y es que ayer, hoy y todos los días medito sobre merecimientos
y en estas fechas me acerco a los día de los pobres:
de los hambrientos.
Y es que ayer me puse a meditar sobre el paisaje,
escribí un poema
y acabé diciendo que mientras el mundo siga así, olerá a pólvora el aire.
No es un cuento de Navidad, si lo es de todos los días.
Saludos amigos.