GANAS DE VIVIR CADA DÍA...

GANAS DE VIVIR CADA DÍA
Le preguntaban aquel pastor muchos días, como estas tan contento con la vida y como se ve el reflejo de tu cara llena de alegría. Y el pastor se sonreía, al ver que su vida seguía firme y con ganas de vivir, las ovejas le daban trabajo, pero sentía esa compañía de animales queridos, sus dos perros eran serviciales y cariñosos, y sus largas jornadas no le amargaban su propia vida, al rebes, se veía querido y respetado, su esposa estaba siempre pendiente de él, y su caminar por el campo pastando sus ovejas le hacían feliz, Eran tiempos difíciles, pero su amor por vivir le tenían siempre en actitud positiva, Otros pastores que le envidiaban, solían decir de este hombre, Es un iluso, no se da cuenta que su vida se escapa como la de cualquiera, y sus ovejas no están más gordas que las demás. La envidia era fatal, dicen que es el primer pecado capital que tenemos los españoles. Ciertos compañeros de oficio le envidiaban al verle feliz y sus animales lo presentían, y hasta los pastos parecían que crecían mucho más que a otros, Este hombre pastor de profesión tenía un corazón a prueba de amor animal, sus corderos eran fieles a sus llamadas, y nunca tuvo ataques de lobos, ya que en esa tierra castellana no se les conocía, tan solamente algún zorro, que trataba de comerse las gallinas en los gallineros o corrales de gran extensión, el pastoreo tiene su misterio como todos los oficios, y este hombre siempre fue un profesional, que cualquier persona le admiraba y respetaba por su buen carácter, llegando a ser mayor y jubilarse, siendo su carácter toda su vida de buena persona, Digamos un ejemplo de humanidad para sus conciudadanos, que le admiraron toda su vida. Pocas veces en la Castilla mesetaria se dan estos hombres con esas cualidades de alegría y amor al prójimo, no siempre los pastores tienen esa forma de ver la vida, para hacer mejor su caminar a todos sus familiares y amigos. G X Cantalapiedra.