QUE TIEMPOS AQUELLOS...

QUE TIEMPOS AQUELLOS
Eran tiempos de aquellos donde nuestras abuelas no viajaron nunca, lo más lejos que se fueron a 32, kilómetros, a la Ciudad de Valladolid, que entonces hace más de siglo y pico, solo se iba en animales carros, o con el transportista Cipriano Vidal, que iba tres veces en semana con sus reatas de mulas, y su carro de yugo que llevaba de todo en su mercancía. sobre todo, pellejos de vino de cuatro cantaros, del famoso verdejo, el tiempo que empleaba en su trayecto, era de unas seis horas y pico. Las gentes de entonces era una cosa imposible, solo viajaban si tenían que comprarse un traje para casarse, o algún papeleo que no fuera posible en Medina del Campo, a 11, kilómetros de distancia de la Villa de La Seca. Mi abuela paterna que falleció el año 1968, con 91, años, solo visito Valladolid dos veces, y eso que tenía familia emigrada en Brasil, y otros destinos lejanos, El salir de tu tierra era misión difícil, las personas que se marchaban era para no volver nunca, Aunque tuvieran noticias de ellas por cartas, que tardaban meses en recibirse, eran tiempos difíciles, solo esas cartas animaban a seguir en la emigración a las personas jovenes, Mi abuela materna tenía hermanos en Vizcaya, Por, Ortuella y Baracaldo, que no logró verlos nunca más al marcharse en tiempos difíciles, La Seca fue en aquellos años un semillero de emigración, Gentes que se vieron obligadas a marcharse donde hiciera falta la mano de obra, Cuando escuchaba a mi abuela paterna, hablarme de cómo eran los viajes en su época joven, y los encargos que se hacían a estos transportistas llamados ordinarios, me parecía cosa de hace siglos, pero todavía conocí algo de esos tiempos que las mercancías viajaban en carros, y las herramientas agrícolas se compraban en la tiendas de alimentación, conocí las famosas fraguas, con sus fuelles gigantes, y las chispas que salían del yunque cuando pegaban golpes con los martillos gigantes. Era de los lugares que más me agradaba visitar, al ver el hierro como se podía darle forma con el fuego y los martillos, Eran otros tiempos, otras soluciones, otros complejos y otras emociones. G X Cantalapiedra.