UN DÍA DE CAMPO...

UN DÍA DE CAMPO
Si yo fuera un snob hubiera titulado este escrito como ir de picnic, pero como a mi me encanta lo nuestro, lo español, lo tradicional le he llamado “día de campo” que es como en mi pueblo se le ha llamado a una excursión campera.
Y la vedad es que en el mes de Mayo pasar un día en el campo disfrutando de esa naturaleza exuberante, de ese olor y de esa paz, es algo que a todos nos agrada y que realizamos en plan, familiar o amistoso, dada vez que nos lo permiten nuestro tiempo libre.
Yo he disfrutado con Laly y unos amigos un día maravilloso en el parque natural de los Pedregales de Estepona que se encuentra a unos 3 kms. del pueblo, hacía un día esplendido y allá nos fuimos con muestro coche porque ya nuestra edad no nos permite hacer grandes esfuerzos físicos. Nos llevamos, como es natural, nuestra tortilla de patatas, nuestros filetes empalados, nuestra nevera, nuestros postres, que compartimos con todos los demás y nos lo pasamos a lo grande.
Primero cogimos uno de los sitios que hay allí con su mesa, sus asientos, y lo necesario para facilitar tu estancia en el parque y nos fuimos a dar un paseo por aquellas instalaciones disfrutando de los pinos, de las encinas, de la vegetación, que en esa época luce sus mejores galas, y nos deleita con sus puros olores y con la belleza de su colorido de variados matices y formas que son un deleite para todos los sentidos.
Vimos los espacios preparados para la diversión de los niños, un bar restaurante estupendo que hay para los que no quieran llevar la comida de casa, la ermita de San Isidro que destaca de entre los árboles y la frondosidad del paisaje, Pero lo más importante es el Centro de interpretación de Corominas en donde se encuentran dólmenes de más de 5000 años restos de la necrópolis funeraria más importante de la Costa del Sol.
Tras ese obligado paseo de reconocimiento y de hacer un poco de deporte volvimos a ocupar nuestro reservado sitio, sacamos nuestras viandas, nuestras bebidas y nos dispusimos a disfrutar de aquel banquete al que todos habíamos aportado nuestra contribución y allí estuvimos hasta casi el anochecer porque tras la comida vino la sobremesa, los cafetitos, las cubatas, los wikis, los dulces y esa charla amena y amistosa, obligada y tranquila, que da a este tipo de reuniones un encanto y una satisfacción muy especial.
El parque de los Pedregales nos encantó, ha sido la primea vez que lo visitamos pero yo os aseguro que no será la última.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Muy bella su descripción, Manuel! Pero a ustedes no les ha llegado el Dengue y por lo tanto pueden caminar en el pasto sin que el terror al mosquito los espante. Aquí en Argentina está haciendo estragos y no aparecen ni los Repelentes ni las espirales para espantar los.