TRES DE ENERO DE 1961. TRES Y CUARTO DE LA MADRUGADA...

TRES DE ENERO DE 1961. TRES Y CUARTO DE LA MADRUGADA
Era una noche de invierno de esas que dejan huellas, la noche era de viento fuerte, y un sonido de campanas nos despertó a la mayoría de los vecinos de La Seca, sobre las tres y cuarto de la madrugada, Aquel tres de enero fue terrorífico, primero el frío y la lluvia con algún grado bajo cero, que helaba a las personas que estábamos intentando apagar dicho incendio, yo estuve dando fuerza a una de las bombas que subían el agua hasta el techo del Ayuntamiento, donde el fuego corría por el tejado de encima de la Plaza, y continuo por el lado de las escuelas, dejando todo el edificio quemado y destrozado, Los bomberos de Valladolid, aparecieron a las siete de la mañana, y cogieron su manga para mojar al personal que les abucheo al llegar, ya que parece que estaban avisados desde las tres y media de la noche, Luego una vez llegados dichos bomberos hubo muchas personas que se fueron a su casa, ya que el alcalde que existía en La Seca, no tenía demasiados amigos en la villa, hubo un bando del alcalde municipal, pidiendo que todos vecinos acudieran ayudar a lo que hiciera falta, yo estuve llevando libros desde La Plaza a la casa del Señor Teodoro Sanz, subiendo por una escalera fabulosa al primer piso, donde nos decían que los dejáramos amontonados, La televisión española acudió para comunicar el suceso, parece ser que los tubos de las estufas de serrín estaban viejos, y por esa parte se inicio el fuego, por el tejado todo entonces de madera, Yo recuerdo cuando iba a la escuela como se llenaban esas estufas de serrín, y se las atacaba con un palo en el centro de dichas estufas, luego los tubos se perdían en el techo sin saber donde terminaban. La Cilla, lugar donde existía El Salón Parroquial, con una televisión en blanco y negro, se acomodó dicho Ayuntamiento, Dejándonos a la juventud en la calle, y montando nuestra protesta contra el sacerdote que fundo todo aquello con nuestra ayuda. Subimos hablar con el párroco que se llamaba Don Félix Silicio Pardo. Nos echo de su casa, al ver la protesta enorme de aquella juventud lasecana, que confiábamos en él, a los pocos días la televisión la llevaron a la Hermandad de Labradores, era la única televisión en La Seca, y a la juventud nos dejaron ser socios de dicho local, que le llamaron entonces Hogar del Productor. Donde alguien que era maestro le denomino, “Berlín”, EL MURO DE LA VERGUENZA, Al existir tres filas de mesas que cada cual tenia su fin. Y donde la juventud se pasaba muchas horas en la llamada Pajarera. NO QUIERO QUE ESTA HISTORIA SE BORRE, CON EL PASO DEL TIEMPO. G X Cantalapiedra.