El tren de los refugiados
El tren estaba adornado con gallardetes y banderas y varios centenares de chiquillos se asomaban por las ventanillas de los vagones cantando y batiendo palmas, como alguien los había pedido.
- Son los refugiados de la guerra.
Cuando el tren se detuvo, los niños bajaban en tropel como reses enjauladas. Dieron vivas a las instituciones que los tomaban a su cargo y cantaban canciones alusivas a esa fecha memorable, los dijeron. Uno de ellos con la cabeza rapada para evitar piojos, con un ramo de flores en la mano, saluda a las autoridades ante los micrófonos de las emisoras, los demás taciturnos, flacos con las caras sucias, mocos y sus batas de sarga, dijo, "todos estamos felices" y entrego el ramo a la señora que presidía el acto, que ella aceptó, besó su cabeza y los fotógrafos hicieron su trabajo.
La comisión receptora se subieron a los coches mientras las gentes aplaudían y se perdieron entre el tráfico. Los niños quedaron en una larga fila a lo largo del anden.
Abel preguntó en voz alta - Y LOS NIÑOS?
Los niños, a reventar otra vez de hambre-
Repuso el señor de al lado.....
El tren estaba adornado con gallardetes y banderas y varios centenares de chiquillos se asomaban por las ventanillas de los vagones cantando y batiendo palmas, como alguien los había pedido.
- Son los refugiados de la guerra.
Cuando el tren se detuvo, los niños bajaban en tropel como reses enjauladas. Dieron vivas a las instituciones que los tomaban a su cargo y cantaban canciones alusivas a esa fecha memorable, los dijeron. Uno de ellos con la cabeza rapada para evitar piojos, con un ramo de flores en la mano, saluda a las autoridades ante los micrófonos de las emisoras, los demás taciturnos, flacos con las caras sucias, mocos y sus batas de sarga, dijo, "todos estamos felices" y entrego el ramo a la señora que presidía el acto, que ella aceptó, besó su cabeza y los fotógrafos hicieron su trabajo.
La comisión receptora se subieron a los coches mientras las gentes aplaudían y se perdieron entre el tráfico. Los niños quedaron en una larga fila a lo largo del anden.
Abel preguntó en voz alta - Y LOS NIÑOS?
Los niños, a reventar otra vez de hambre-
Repuso el señor de al lado.....