AQUEL HOMBRE EMIGRANTE EN ALEMANIA. ...

AQUEL HOMBRE EMIGRANTE EN ALEMANIA.
El hombre con sus sesenta y cinco años se vino a vivir a España, una vez jubilado, y llegó a su pueblo gallego con dinero y la idea de poder encontrar una mujer a su medida, Su esperanza era normal dentro de lo que el buscaba, llevaba más de cuarenta años en ese país europeo, y enseguida trato de comprar su vivienda en su pueblo gallego, Más al ver que no tenía demasiada vida y diversiones, se compro su piso en Puentedeume, lugar con rías y mucho turismo, Allí empezó a querer encontrar esposa, parece ser que no era tan fácil su objetivo, indagaba para resolver su problema, más las mujeres de su edad no querían la mayoría buscarse compañía, y las jovenes no les agradaba un hombre tan mayor para ellas, intento hablar con personas que conocían el ambiente de esa tierra, y tuvo desilusiones que eran lo normal. Por fin le presentaron a una mujer recién separada, con dos hijos de unos veinte años cada uno, y esta mujer le cuadraba, era mucho mas joven que él, a la vez estaba de buen ver, y sabia llevar una casa sin problemas, el hombre intento que ella consiguiera el divorcio de su marido, más tardo tiempo, ya que su exmarido la ponía todas las pegas del mundo, el hombre se llenó de razones para defenderla, y no esquivaba el enfrentamiento con aquel gallego machista. Una tarde noche cerca de la ría este hombre se había echo con un bastón de madera fuerte, y cuando el exmarido le insulto, llamándole de todo menos guapo, el hombre emigrante le soltó una paliza de muerte, su bastón caía una y otra vez sobre las costillas del exmarido, que veía como le mataba a palos, después de dejarle baldado con su bastón, acudió a la autoridad para contar su experiencia, nada le pudieron hacer, y mucho menos castigarle, el emigrante solo se defendió del machista gallego que torturaba a su exesposa e hijos, El emigrante caminaba por las calles en ladera de Puentedeume, más nadie se atrevía a criticar su actitud de defensa de su mujer para el resto de su vida, A veces una buena paliza al machista, le hace cambiar de rumbo, y se tiene que amoldar a vivir con la cruz de su machismo. Que todos los vecinos critican y odian. G X Cantalapiedra.