TRABAJAR COMO CHINOS...

TRABAJAR COMO CHINOS

Despidos fáciles y baratos, minijobs o minitrabajos, cobrar un euro por hora trabajada y pérdida lenta de los derechos adquiridos durante décadas: en el mundo capitalista vamos hacia una subproletarización de la que sólo se salvarán los más brillantes y creativos.

Podríamos decir que el mundo comunista está venciéndonos, como anunciaba Marx, al devolvernos a un lumpenproletariat como el de la mayoría de los asiáticos, en especial los chinos, que inundan occidente con productos baratos que hacen muy caros los que producimos aquí.

La respuesta occidental, si no se basa en la innovación permanente, es igualar los salarios a los asiáticos para poder competir contra el método asiático de trabajo, en el que hasta se explota a los niños.

En Alemania el paro es tan sólo del 6,7 por ciento, pero en buena parte gracias a que el 13,5 por ciento de los 41 millones de trabajadores cobra salarios mínimos, en algunos casos de un euro la hora.

Durante la guerra fría los sueldos y el bienestar de los trabajadores en el mundo capitalista crecían constantemente, lo que demostraba que el comunismo era miserable.

La situación cambió tras la caída de la URSS en 1991 y la liberalización del comercio internacional: apareció la competencia de los 1.200 millones de chinos, de casi tantos indios, y de decena de millones de asiáticos de otras nacionalidades.

Además, aportaron innovaciones que antes sólo aparecían en occidente. Los capitalistas Japón, Taiwan, últimamente, Corea del Sur, y ahora la esclavista China comunista.

El Gobierno Rajoy parece querer seguir el ejemplo de Alemania, donde al menos los “minijoberos” conservan la seguridad social.

Su reforma laboral indica que a medio y largo plazo seremos todos como chinos.

Seguramente cuando los asiáticos sean más caros que nosotros volveremos a mejorar.

Saludos.