Dedicado a todos los que escribimos poemas, que sabemos...

Dedicado a todos los que escribimos poemas, que sabemos mucho acerca de la soledad, que muchas veces es positiva, y sobre todo si es tu elección. Para todos y todas y en especial para Luz, que hace tiempo no sabemos de ella.
Un abrazo y cuídate.
Un día quise estar sola para comprender el sufrimiento de las heladas sobre las flores que las arruina y las deja sin vida y me surgió este poema.

¡DEJADME SOLA!

Que mil ecos de tristeza
me acompañan esta tarde
y me recuerdan tanta pena,
tantas flores heladas
que una primavera no quiso
llenarlas de sazonados frutos;
destellos muertos en la vida
y sellados por el hielo en la mañana.

¡Dejadme sola!
Que quiero llorar su pérdida,
y oír lamentos que el viento lleva
arrastrándose en hirientes canciones
por los caminos sangrantes del duelo.

Dejadme a solas
con el sufrimiento de las flores,
que esa letanía me recuerda
todo el desencanto y me consuela
del silencio que acaricia mi tiempo.

Dejadme a solas
con el lamento de las hojas secas,
caídas a los pies del árbol poderoso
que el viento esparcirá como semillas
y no verán más la nueva aurora.
Quiero conservar unas décimas
cálidas de mi ilusión por ellas
y verterlas, inundando su leve primavera
que no verán más la esperanza.

Dejadme a solas
con mi desconsuelo
que sobre un lecho de hojarasca
las abrigaré del cierzo de la tarde
y con dulces nanas acunaré su recuerdo.

¡Dejadme sola!
Que quiero oír el quejido
de la tierra que revolotea
en ésta, como en otras primaveras
con el sonido de hojas secas.
Dejadme sola,
que el sol y el viento
luchan en mortal combate
por devolver el brillo
de tantas flores muertas.

Dejadme a solas
con el silencio de la nada
que acaricie toda mi incertidumbre
en esta tarde de hoja solitaria
para atisbar entre los ramajes
alguna flor resistente a las heladas,
flor que no sucumbe al hielo
y emerge solitaria pero entera.

Carmen García