Madrid pierde a una gran persona....

Le falto poco, nos fallo el arbitro, no quiero recordar ese partido, me cabreo.
Saludos

Madrid pierde a una gran persona.
En los tiempos en que frecuentaba Bocaccio conocí a personas del mundo del teatro
puesto que ese local se nutria principalmente de ellas.
A la mesa de Maria Asquerino acudía con frecuencia el gran Paco Valladares. Se sentaba en
aquella tertulia pero no se si seria porque no bebía alcohol o lo que sea el caso es que
se marchaba siempre enseguida.
Al grupo de amigos, casi todos asturianos, que acudíamos al inolvidable local de Marques de
la Ensenada, nos lo presento un día nuestro habitual tertuliano, amigo y paisano de Oviedo
Juan Jose Otegui compañero de escena de Paco.
Eso nos procuro saludarle después muchas veces, y llegar a tener bastante buena conexión
con el.
Por aquel tiempo, y en mi barrio, en la calle de Vallehermoso, y mas concretamente en la
calle de Galileo vivía D. Modesto Higueras con quien algunas sabrosas cañitas me tome,
gozando siempre de su cultura y sus ricas anécdotas.
D. Modesto Higueras fue un eminente director de teatro que, junto con su hermano Jacinto,
fueron grandes amigos de Federico Garcia Lorca, al extremo de que ambos dirigieron un
tiempo la Agrupación de Teatro " La Barraca" fundada por el genial poeta granadino.
D. Modesto, posteriormente, llego a ser director del TEU (Teatro Español Universitario) y con
el empezaron actores que luego llegaron a ser verdaderos genios: Rodero, Lopez Vazquez,
Landa, Jesus Puente, y también, Paco Valladares.
A veces, al mediodía tomando una caña con D. Modesto, me comentaba maravillas de
todos ellos y me mandaba siempre recuerdos para Paquito (como el le llamaba) y que yo
por la noche, hacia llegar a s destinatario si l veía en Bocaccio.
Esto me procuro el poder hablar muchas veces con esta figura de la historia teatral que nos
dejo ayer.
Era un hombre muy equilibrado, muy sensato, educadisimo y... ¡Muy coqueto!. Le gustaba
vestir muy bien y ademas era muy elegante. Por ello le caían muy bien todas las prendas
que vestía. En invierno se ponía, a veces, un visón que cuando llegaba a Bocaccio todo el
mundo se volvía para verle porque pasaba a la sala con el puesto hasta la mesa y luego
venia la señora de guardarropía a recogerlo. Este tipo de prendas lucen mucho en los
hombres que son altos, como era el, y elegantes por naturaleza (porque eso nace con la
persona) como era el.
Después le vi muchas veces porque vivimos cerca los dos de la Plaza de Manuel Becerra.
Hace ocho años murió su madre. Le afecto muchísimo y a mi cuando me lo contaba, y por
dos razones: porque yo había perdido a la mía dos meses antes, argumento que le expuse
para su consuelo y para decirle que comprendía su estado de animo y el segundo motivo
porque yo había conocido a esta señora en la iglesia de Ntra. Sra. de Covadonga. De este
ultimo detalle se alegro mucho y me aseguraba que, efectivamente, su "mama no salía de esa
iglesia".
Por esa misma época ya haba tenido un infarto circunstancia por la cual iba siempre al Retiro
andando haciendo ejercicio que le recomendaba su cardiólogo. Años después le sobrevino
la leucemia que, complicada estos días con una neumonía, acabo con su vida.
Hace como mes y medio lo vi, com siempre, por la calle de Alcalá y me dijo que ya había
acabado con las sesiones de quicio y le encontré desmejorado per animado, sobre todo
cuando le dije que tenia que hacer teatro clásico porque después de fallecer D. Manuel
Dicenta no había, para mi, nadie en España con mejor voz y mejor declamación que el.
Esto se lo dije muchas veces y siempre me lo agradecía ruborizado. Sigo pensando
muy sinceramente que es asi.
"La calle de Alcalá como reluce cuando por ella pasan los andaluces". Esto, que escribía
Peman lo evocaba yo cada vez que le encontraba porque casi siempre era por esta calle.
Hoy, la calle de Alcalá, me pareció tristísima. Ya no será lo mismo sin la presencia de este
caballero sevillano, español visceral, persona integra y verdadero actor de nuestra escena.
Hoy Madrid pierde también a uno de sus mas enamorados admiradores, porque quería
mucho a Madrid, y los que aquí quedamos, los que te conocimos, notaremos la ausencia
en nuestras calles de esa figura siempre elegante, educada, sensata y cordial de D Francisco
Valladares Barragán, Paco Valladares. Descansa en paz, amigo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Que Dios le acoja a su lado