El otoño es providencial en el Retiro y en cualquier...

OTOÑO Y EL BUEN RETIRO
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Desde luego me agrada siempre recordar aquellos paseos vespertinos por el Buen retiro,
sobre todo en Otoño, era mi estación preferida.
¡Cómo me gustaba pisar las hojas secas, allí se ponía el suelo como si fuera un gran colchón! ¡Cómo me agradaba el olor penetrante de las hojas muertas, su putrefacción,
la incineración! Olor también del verde que desprendía el césped o algunos árboles de hoja perenne.

Me agradaba zambullirme en aquel mar del Otoño, o en el río de la imaginación.
Las castañas de India rodando por el suelo fuera del caparazón, que te invitaban a cogerlas cual si fuesen bolas de colores, o porque te agradase su tacto.
¡Qué contrastes de verdes y amarillos!

¡Qué resonancia la de las hojas secas!
Cerca del " Parterre " hay un banco que hace media luna (bueno hay varios) que yo decía que era mío. Daba vueltas y vueltas si estaba ocupado, pues era egoísta, lo quería para mi sólo, pero rara vez lo lograba, pues a otras personas les debía pasar lo mismo.

¡Era como un púlpito! Desde allí se divisa un entorno maravilloso.
La gente venia del estanque, o del " Casón del Buen Retiro " otras de ver el " Guernica "
que entonces estaba allí y que estaba a pocos metros, y llegaban locos al descanso, o impregnados por lo que habían visto.
Yo me decía: aquí, aquí está el arte, en éste " Parterre ", en este jardín maravilloso y, venían a mi banco, que terminaba siendo una tertulia cultural.

En aquel banco, que yo llamaba " camafeo ", y que tenía las patas retorneadas, conocí a
" Pierre", que con el paso de los años se ha convertido en gran amigo. Cariñosamente yo le llamo " Pierre Loti" como otro compatriota suyo y gran escritor francés.
Nuestro dialogo empezó con una contradicción, el venía ya impregnado de "Picaso "
y yo de hojas verdes y hojas secas, y le solté macarrónicamente, que para mí, un retrato es un retrato, y un bodegón es otra cosa.

- Nunca debí de hacerlo - pues siempre me gusta ir diciendo de antemano que soy auto
didacta en muchas cosas.
Pierre lo compredió bien, y aún hoy lo dice, que lo que soy es un hombre práctico en muchos conceptos.
Empezamos hablado del " Guernica ", luego pasamos al " Louvre " y también le sorpredí, cuando le solté que yo sólo le conocía por la parte de fuera, que lo que yo conocía de Francia, en mi estancia en París, eran los cien mil vinos, ya los pedía hasta por sus nombres.

No obstante de aquél primer contacto nació gran amistad e intercambio y camaradería.
Cualquier otro que no fuera " Pierre", nunca me hubiese perdonado que no me gustase la pintura de " Picaso ", ni que no entrase nunca en el museo parisino.

Mi amigo es ahora persona importante en " Editorial Hachette " en su país, y alguna vez me pide consejo, por aquello que dice que soy muy práctico.
Le gusta recordar lo del banco del " Buen Retiro ", y las veces que viene dice que le recite unos versos que le envié un día que estuve perdido en el mar del Otoño.

Para recordar el Rastro / servirá cualquier canasto /Para soñar con aquellos /sitios bonitos de Madrid /Acudirá a nuestra mente / cual río voraginoso / Aquél lago tan hermoso /que estando en calma y reposo / es espejo permanente / de una amistad inocente /que nos hace ser dichosos …
Manuel de Viegu

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Quiza el tema tenga poca discursion, pero se que el Retiro nos gusta a los de aqui y a los que nos visitan

El otoño es providencial en el Retiro y en cualquier parque. En el de Maria Luisa (Sevilla) da gusto pasear entre los árboles, con una temperatura insuperable (la mejor estación en Sevilla, para visitarla, pasearla, vivirla..), oliendo a cesped recién cortado, escuchando el tintinear de sus fuentes, haciendo un parón en la Glorieta de Bécquer... Oh ¡, dulce estación, donde los sentimientos se ponen a flor de piel.