El editorial va sobre el fiscal de Sánchez. "El número de escándalos protagonizados por el fiscal general es tan sorprendente que su crédito profesional empieza a estar irreversiblemente dañado. La falta de idoneidad demostrada por el fiscal general del Estado, ratificada además por el CGPJ, justificaría su cese inmediato por incumplimiento grave y reiterado de sus funciones (artículo 31.1 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal). Sin embargo, la naturaleza de sus errores y la coherencia de sus sesgos, siempre coincidentes con los intereses del Gobierno, invitan a concluir que más que una falta de pericia jurídica podrían estar concurriendo otro tipo de factores que le impedirían ejercer su cargo con la autonomía e independencia debidas. Álvaro García Ortiz ha sacrificado su prestigio al desempeñar su cargo siempre en línea con los intereses del Ejecutivo o afines, una concesión que deshonra su función y que lesiona la dignidad de un cargo de servicio que se encuentra entre las más altas magistraturas públicas del Estado". El problema es que no es sólo García Ortiz, a bote pronto se me viene a la cabeza Grande Marlaska, Conde Pumpido. España ha dejado de ser una democracia. Hay que acabar con el sanchismo. No hay otra salida.