Un mandamiento que, llevado a la práctica en su sentido fraternal, nos hubiera librado de estar al borde del abismo como nos encontramos.
Bueno, pues que se fijen en el ejemplo que dieron "rojos" y "fascistas". ¿No se derramó ya demasiada sangre de aquellos que eran hermanos? Pero, como he dicho otras veces, los humanos necesitan mucha repetición y ni aún así se convencen. Deja, deja, que esos cretinos ya aprenderán.