Efectivamente, lo que se afirma se debe probar. Tanto si afirmamos que existe Dios como si afirmamos que no existe. Antes de avanzar te diré que hay muchos científicos ateos y muchos científicos creyentes. En ambos lados les hay de primera línea en competencia. Eso a mí me hace pensar lo importante que es que respetemos nuestras respectivas posiciones y reconozcamos con humildad que nuestra inteligencia, por sí misma no tiene las herramientas suficientes ni para creer ni para negar.
El científico alemán Werner von Siemens: afirmó: “Cuanto más penetro en el reino de las fuerzas de la naturaleza, tanto más sube mi admiración de la Sabiduría que resplandece en la Creación”.
La mariposa tiene veinte mil ojos.
La abeja reina pone tres mil huevos al día.
¿No es admirable?
El francés Alfred Kastler, Premio Nobel de Física en 1966, afirma: “Querer admitir que el azar haya creado el ser viviente me parece absurdo”.
El científico italiano Carlo Rubbia, que junto con el holandés Simon Van der Meer, recibió el premio Nobel de Física en 1984, Director del Laboratorio Europeo para la Física de las Partículas, dice: “Hablar del origen del mundo lleva a pensar en la Creación… Para mí está claro que esto no puede ser consecuencia de la casualidad”.
André Gide, también Premio Nobel de literatura en 1947 ha asegurado que “No creer en Dios es mucho más difícil de lo que se piensa. Para seguir haciéndolo hay que abstenerse de mirar a la Naturaleza y de reflexionar sobre lo que vemos”.
No te parece un poco ridículo y propio de un pedante lo que afirma el poeta y periodista Salvatore Quasimodo, también Premio Nobel de Literatura en 1959, al afirmar, ante el lanzamiento del sputnik al espacio, que: “El hombre le está haciendo la competencia a Dios en el dominio del espacio”, cuando el sputnik estaba muy lejos de alcanzar la Luna, mientras la nebulosa Andrómeda, que es la más cercana a nuestra galaxia de la Vía Láctea, está a 2 millones de años luz. Y un dato, no de distancias, sino de magnitudes: En la estrella Antares, de la constelación de Escorpión, caben 115 millones de soles. Sabiendo que el Sol es un millón trescientas mil veces mayor que la Tierra, puedes calcular.
Afirmaciones de científicos creyentes puedo traerte muchas más. Es difícil, pero posible, no creer. La fe es un don y, lo más que podemos hacer es estar abiertos a la luz, no negándonos por principio.
No obstante todo esto, hay otros elementos importantes en la génesis de la fe. Algún día seguiré este asunto.
No pretendo convencer a nadie, sólo dar unas pistas de por qué creo. Pero me faltaría hablar de Jesucristo, que es la fuente de mi fe.
El científico alemán Werner von Siemens: afirmó: “Cuanto más penetro en el reino de las fuerzas de la naturaleza, tanto más sube mi admiración de la Sabiduría que resplandece en la Creación”.
La mariposa tiene veinte mil ojos.
La abeja reina pone tres mil huevos al día.
¿No es admirable?
El francés Alfred Kastler, Premio Nobel de Física en 1966, afirma: “Querer admitir que el azar haya creado el ser viviente me parece absurdo”.
El científico italiano Carlo Rubbia, que junto con el holandés Simon Van der Meer, recibió el premio Nobel de Física en 1984, Director del Laboratorio Europeo para la Física de las Partículas, dice: “Hablar del origen del mundo lleva a pensar en la Creación… Para mí está claro que esto no puede ser consecuencia de la casualidad”.
André Gide, también Premio Nobel de literatura en 1947 ha asegurado que “No creer en Dios es mucho más difícil de lo que se piensa. Para seguir haciéndolo hay que abstenerse de mirar a la Naturaleza y de reflexionar sobre lo que vemos”.
No te parece un poco ridículo y propio de un pedante lo que afirma el poeta y periodista Salvatore Quasimodo, también Premio Nobel de Literatura en 1959, al afirmar, ante el lanzamiento del sputnik al espacio, que: “El hombre le está haciendo la competencia a Dios en el dominio del espacio”, cuando el sputnik estaba muy lejos de alcanzar la Luna, mientras la nebulosa Andrómeda, que es la más cercana a nuestra galaxia de la Vía Láctea, está a 2 millones de años luz. Y un dato, no de distancias, sino de magnitudes: En la estrella Antares, de la constelación de Escorpión, caben 115 millones de soles. Sabiendo que el Sol es un millón trescientas mil veces mayor que la Tierra, puedes calcular.
Afirmaciones de científicos creyentes puedo traerte muchas más. Es difícil, pero posible, no creer. La fe es un don y, lo más que podemos hacer es estar abiertos a la luz, no negándonos por principio.
No obstante todo esto, hay otros elementos importantes en la génesis de la fe. Algún día seguiré este asunto.
No pretendo convencer a nadie, sólo dar unas pistas de por qué creo. Pero me faltaría hablar de Jesucristo, que es la fuente de mi fe.