Un
viaje de hace muchos, muchos años, narrado en
Copla Octava.
¡Cómo florece la savia en la campiña!
Tan brillantes los pinares en los cerros
me despiertan emociones y morriña.
Ríachuelo cristalino, verdes berros,
y a lo lejos los ladridos de los perros,
me recuerdan que los campos tienen vida.
Cada vez tengo más cerca la salida,
a través de los caminos de mil hierros.
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