CULTERANISMO...

CULTERANISMO

LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE
Nace en Córdoba en 1561 y desde muy joven vincula su
vida a la iglesia. A los 56 años, ya famoso, dirige sus pasos a
Madrid, donde obtiene el nombramiento de capellán real del
monarca Felipe III. Enfermo y arruinado por sus deudas de juego,
se retira a Córdoba para morir en 1627.
En su lírica observamos la doble mirada de la literatura
barroca, tanto la idealizada y entusiasta como la desengañada y
escéptica. En este sentido, Góngora somete los temas
renacentistas a un proceso de estilización: por un lado, su deseo de
huida de la realidad se concreta en una exaltación de la misma a través de su
idealización y de su embellecimiento (que supone el final del proceso de renovación
iniciado por Garcilaso: lo que en éste es armonía, en Góngora es intensificación de
elementos), y por otro, en una degradación de la realidad a través de la caricatura y de
la burla.
En su lenguaje poético
,
Góngora recoge, condensa e intensifica elementos
cultos, usa profusamente las figuras literarias, en particular el hipérbaton, y
frecuentemente se apoya en la mitología. Todo ello contribuye a la oscuridad, que es
característica de la poesía del autor cordobés. Además, el léxico gongorino trasluce
una precisa selección y muestra una clara tendencia hacia el colorismo (el rojo, el
amarillo y el blanco son sus colores preferidos).
Su obra está compuesta básicamente por romances, letrillas, sonetos y tres
poemas de mayor extensión que representan la cima de su poesía:
Fábula de
Polifemo y Galatea
,
Soledades
y
Fábula de Píramo y Tisbe
. En la
Fábula de Polifemo
y Galatea
, Góngora revive, en su lengua de gran complejidad estilística, el mito
literario del cíclope Polifemo, que se enamora de la ninfa Galatea. Las
Soledades
constituye una inacabada sucesión de estampas, en las que se presenta una
naturaleza estilizadísima a través de la maestría retórica del cordobés.