Leemos en Crónica de León:...

Leemos en Crónica de León:

DEPRESIONES / Germán Valcárcel Río /

Agonía

Los incendios del Ayuntamiento de León y el de los maduros pinares del Teleno simbolizan la devastación de una tierra, la provincia de León, condenada a convertirse en uno de esos paraísos perdidos que terminan no apareciendo en los mapas. Hace tiempo que esta tierra agoniza víctima de una derecha política y empresarial autoritaria, clasista, meapilas y depredadora, de una izquierda y unos sindicatos mayoritarios convertidos en tumbas donde yacen los restos de ideas de progreso y sueños de utopía, repleta de trepas y oportunistas, que han convertido el ser ‘progre y solidario’ en una lucrativa profesión y un magnífico negocio, pero, ahora, perdidos en el corazón de la crisis, sienten, como diría Tocqueville, que “ya que el pasado no ilumina el porvenir, la inteligencia camina a ciegas”. Con ese cóctel hemos construido una sociedad que obliga a su juventud a viajar –aunque no tenga, ni sepa a donde ir– sin billete de regreso. Víctimas del desprecio que nuestras élites sienten por la innovación, la libertad de pensamiento y la crítica.
Cualquiera que conozca algo el mafioso funcionamiento de la vida política y empresarial leonesa, el funcionarial, acomodado y misérrimo mundillo cultural o el acrítico y amordazado periodismo provincial, sabe que esta tierra carece de humus para que en ella pueda germinar la semilla de la esperanza. Solo ahora que la gallina de los huevos de oro de las subvenciones dejó de poner, algunos mudos de repente recobran el habla y algunos ciegos ven lo que antes no veían, y comienzan a anunciarnos que las políticas populistas y el clientelismo son lo que nos ha dejado sin futuro.
Este verano he recorrido los pueblos del municipio de Barjas, el más despoblado de El Bierzo, repleto de aldeas engullidas por las zarzas, rebosantes de ruinas y silencio, pasto para el fuego y el olvido. Ha sido un paseo por el abandono y la desolación, un viaje al futuro de esta provincia.