¡Buenos dias! Ya tenemos el otoño encima y ha venido con fuerza... no se ha hecho de rogar mucho....
Leemos en Diario de León:
HISTORIAS DEL REINO
Otra reforma educativa
MARGARITA TORRES 24/09/2012
Polémica ha levantado el señor Wert, el ministro marido de Edurne Uriarte, con su reforma educativa. En una sociedad en la que a los niños ya no se les permite serlos, en la que se prima más que dominen la física cuántica a los dos años a que jueguen, todo, desde el inicio, está perdido. No se busca crear personas, sino máquinas eficientes, capaces de asumir que no se trabaja para vivir, antes bien: se ha de vivir para trabajar. Existen mil modelos de enseñanza que incentivan aunque aquí, últimamente, la mayoría solo buscan quemar etapas en la vida de los niños y jóvenes. Luego nos sorprende que después de haberles metido conocimientos a presión, a los 14 años ya estén desencantados y dispuestos a probar de todo. La educación, en lugar de incentivo, para muchos se ha convertido en una cadena casi perpetua revisable a los 15 ó 18.
Nos hemos ido dejando demasiados pelos en la gatera del futuro de nuestros hijos. Primero con la E. G. B., en la que se nos obligaba a entender, al poco de dejar el chupete, el modelo de unos círculos a los que llamaban «conjuntos». Más tarde arribaron formas de Logse y diversos, mientras los maestros perdían autoridad y cualquier Choni o Yosua de escasa luces cuestionaba al maestro bajo el argumento de «porque mi niño lo vale». Llegaron las burlas al profe, el mobbing, el bullying. De forma perversa se corrompió el sistema de enseñanza.
Se introdujeron materias chorras, separaron la historia por autonomías, buscaron que, en lugar de hablar bien inglés dominaran el dialecto del Alt Empord, y llenaron la cabeza con más contenidos a los rapaces a lo que no dejaron ser niños a tiempo, ni jóvenes que buscan comprender el mundo sin presiones de estudios universitarios en lontananza. Los chicos empezaron a conocer los afluentes por la margen derecha del arroyo Claró y perdieron la ortografía, supieron que los romanos conquistaron Atapuerca, pero no quién fue Jovellanos. Viento en popa, a toda vela.
Pero aún hay más, porque de poco vale que Castilla y León, y nuestra provincia en concreto, muestren una excelente posición en el ranking de la Educación española, aún más: europea. De poco sirve, porque luego esa inversión acaba marchándose fuera de esta tierra. Vendemos ingenieros, compramos reválidas, clasificamos en «apto» o «no apto» a los niños de 8 años y a los de 14: tú naciste para obrero, tu para arquitecto. Señor Wert, o a quien le suceda: ¿cuándo empezarán de verdad a pensar en la Educación y el futuro de un país, no de 17, y menos en reformar lo reformado por el gobierno anterior? No busquen contentar autonomías, ni templar gaitas. Y, sobre todo, no dejen que pontifiquen quienes no han pisado un aula desde el estrado. De paso, recuerden cuando fueron niños y el conocimiento era un placer, no una tortura.
Leemos en Diario de León:
HISTORIAS DEL REINO
Otra reforma educativa
MARGARITA TORRES 24/09/2012
Polémica ha levantado el señor Wert, el ministro marido de Edurne Uriarte, con su reforma educativa. En una sociedad en la que a los niños ya no se les permite serlos, en la que se prima más que dominen la física cuántica a los dos años a que jueguen, todo, desde el inicio, está perdido. No se busca crear personas, sino máquinas eficientes, capaces de asumir que no se trabaja para vivir, antes bien: se ha de vivir para trabajar. Existen mil modelos de enseñanza que incentivan aunque aquí, últimamente, la mayoría solo buscan quemar etapas en la vida de los niños y jóvenes. Luego nos sorprende que después de haberles metido conocimientos a presión, a los 14 años ya estén desencantados y dispuestos a probar de todo. La educación, en lugar de incentivo, para muchos se ha convertido en una cadena casi perpetua revisable a los 15 ó 18.
Nos hemos ido dejando demasiados pelos en la gatera del futuro de nuestros hijos. Primero con la E. G. B., en la que se nos obligaba a entender, al poco de dejar el chupete, el modelo de unos círculos a los que llamaban «conjuntos». Más tarde arribaron formas de Logse y diversos, mientras los maestros perdían autoridad y cualquier Choni o Yosua de escasa luces cuestionaba al maestro bajo el argumento de «porque mi niño lo vale». Llegaron las burlas al profe, el mobbing, el bullying. De forma perversa se corrompió el sistema de enseñanza.
Se introdujeron materias chorras, separaron la historia por autonomías, buscaron que, en lugar de hablar bien inglés dominaran el dialecto del Alt Empord, y llenaron la cabeza con más contenidos a los rapaces a lo que no dejaron ser niños a tiempo, ni jóvenes que buscan comprender el mundo sin presiones de estudios universitarios en lontananza. Los chicos empezaron a conocer los afluentes por la margen derecha del arroyo Claró y perdieron la ortografía, supieron que los romanos conquistaron Atapuerca, pero no quién fue Jovellanos. Viento en popa, a toda vela.
Pero aún hay más, porque de poco vale que Castilla y León, y nuestra provincia en concreto, muestren una excelente posición en el ranking de la Educación española, aún más: europea. De poco sirve, porque luego esa inversión acaba marchándose fuera de esta tierra. Vendemos ingenieros, compramos reválidas, clasificamos en «apto» o «no apto» a los niños de 8 años y a los de 14: tú naciste para obrero, tu para arquitecto. Señor Wert, o a quien le suceda: ¿cuándo empezarán de verdad a pensar en la Educación y el futuro de un país, no de 17, y menos en reformar lo reformado por el gobierno anterior? No busquen contentar autonomías, ni templar gaitas. Y, sobre todo, no dejen que pontifiquen quienes no han pisado un aula desde el estrado. De paso, recuerden cuando fueron niños y el conocimiento era un placer, no una tortura.